Consejo de Ministros del viernes 16. Salen a escena la ministra portavoz, Isabel Celaá, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y el titular de Agricultura, Luis Planas.

De entrada, doña Isabel nos explica que el Brexit de Theresa May: nos parece un buen acuerdo, “de retirada, que no de ruptura”. El problema de Celaá es que nunca se queda en la vaselina para hacer creíble una gran mentira, en este caso, la del plan especial para Gibraltar, que el Gobierno ha aprobado en el día de hoy. No, Celaá tiene que ir más allá, y entonces nos asegura, sin despeinarse, que “el Gobierno está muy contento con el protocolo firmado sobre Gibraltar”.

Para entendernos, España ha perdido una oportunidad histórica para recuperar la soberanía de Gibraltar, pero este es un Gobierno muy cobarde y un poco pirado que no se atreve a reclamar la soberanía cuando debería hacerlo.

Cela le deja el miura en suerte a Fernando Grande-Marlaska, quien nos habla de los casi 1.000 millones que va a destinar al Plan del Campo de Gibraltar, que beneficiará a los 9.000 trabajadores españoles que cada día pasan la reja. Marlaska nos anuncia que en el Plan han participado nada menos que ocho ministerios.

Sí, acuerdo del Plan del Campo de Gibraltar. “Han participado ocho ministerios” y esto es definitivo. Hay que formar a la gente de la zona para que aprendan a hacer contrabando de tabaco, fraude fiscal, comercio de drogas, trata de personas, etc.

Mentiras, más mentiras… y ahora Gibraltar

Más noticias. El Instituto de Crédito Oficial (ICO) volverá a prestar a comunidades y ayuntamientos. Celaá lo vende como una gran victoria. Lo cierto es que fue una de las mejores medidas del PP, porque a los bancos privados los concejales les respetan más que a los públicos. Si no les pagas, te embargan.   

Más logros del Ejecutivo: borrador de la ley sobre cambio climático. No, no lo presenta Teresa Ribera, la talibana del cambio climático, porque el Tribunal Supremo le acaba de propinar un revolcón con el almacén Castor, insigne metedura de pata de doña Teresa.

Esta será la que haga realidad la vieja frase de derechas: tiempo de rojos, hambre y piojos. No sabemos cuándo se van a cerrar las nucleares porque no saben si podrán cerrarlas y, si las cierran, con qué energía se la va a sustituir.

El cambio climático mata, asegura Isabel Celaá. Cierto, el calentamiento mental, sin embargo, no mata: solo produce chiflados.

El cambio climático mata… y el calentamiento mental, también

Y luego está lo de los coches. La ministra portavoz, nuevamente sin despeinarse, asegura que la ley es muy sensata, que la ministra ya ha convocado al sector y que… Lo cierto es que el sector automoción ya había plantado a las ministras y que el secretario de Estado, Domínguez Abascal, se había hecho un lío con el cierre de las nucleares.

Más, nueva ministra -Calviño- que evitó pagar a Hacienda por la vía de que el piso era propiedad de una empresa. Y ya van… es igual, aquí el asunto no es ya que no dimita nadie, sino que la ministra portavoz se niega hasta mencionar el asunto. El Gobierno más corrupto de toda la historia de la democracia, el que estafa a Hacienda, el de la diversidad que califica de ‘maricón’ a su propio compañero es aquel en que no dimite nadie… porque se quedarían sin gobiernos.

Ahora no solo no se rinden cuentas, simplemente es que la ministra Celaá, sin despeinarse, asegura que no va a hablar de ello y que la ministro Calviño debe seguir siendo ministra. ¿Han comprendido?