Así no salimos de la crisis”. Uno de los lemas para el 1 de mayo, San José Obrero, perdón, fiesta del trabajo. La respuesta es: con CCOO y UGT desde luego que no.

Porque ¿conocen ustedes algún profesional joven afiliado a CCOO o a UGT? Yo sólo a Albert Rivera, que resulta que es un líder de derechas, afiliado a la UGT hasta hace dos semanas.

Las dos grandes centrales viven de la subvención y trabajan para plantillas de trabajo seguro

Conocí a Nicolás Redondo, el histórico de UGT que no se veía como político y por eso dejó el partido a Felipe González. Luego se le enfrentó por las reformas económicas y demostró que la doble militancia no era una barrera para la independencia. La independencia no está en los estatutos sino en el corazón. Y Redondo era independiente del PSOE aunque fuera líder del PSOE.

Lo dicho, ¿conocen algún joven profesional afiliado a CCOO o a UGT… además de Albert Rivera? Yo no. En primer lugar, porque los jóvenes apuestan por la meritocracia, no por la huelga. Consideran que quien produce más debe cobrar más y ser mejor tratado. No tiene el espíritu de clase de los sindicatos de clase.

Autónomos, trabajadores de pymes, jóvenes en general, no tienen nada que les una a los sindicatos

Además, las dos grandes centrales viven de la subvención y trabajan para plantillas de trabajo seguro, grandes empresas o ministerios públicos. Por el contrario, nada que ofrecer a autónomos, trabajadores de pymes y jóvenes en general.

Ni consideran que la huelga sea el arma ideal

La conclusión es sencilla. Los sindicatos de clase tuvieron su papel en la transición: ahora se están muriendo.