El problema del presidente Pedro Sánchez es que no sabe sonreír, le sale una mueca. Por eso, cuando insiste en que el centro es el PSOE y que el PP es ultraderecha cuesta creerle y lo que es peor: muchos sospechan que les está engañando.

En cualquier caso, en algo coinciden Pedro Sánchez y Pablo Casado: ambos nadan a la búsqueda del centro político, de cara a las próximas generales, y ese centro político, como en su día le ocurrió a José María Aznar, tal parece el centro de la nada.

Sánchez sigue calificando al PP como ultra. Reivindica el centro porque la izquierda dura ya la representa él y se la está robando a Podemos

Por su parte, el presidente del PP dice que no ha dado un giro a la derecha: pues debería, porque los españoles lo están dando. Incluso los españoles están recuperando los principios cristianos que forjaron el PP. Pero él se ha dejado arrastrar por sus dos madrastras: Aznar y Rajoy

En el entretanto, Sánchez sigue calificando al PP como “ultra”, extrema derecha. El líder socialista también reivindica el centro porque la izquierda dura ya la representa él y se la está robando a Podemos.

Y sin que se dé cuenta Iglesias: que, en su arrogancia, aún piensa que le está doblando el pulso a Sánchez

Y sin que se dé cuenta otro Pablo, Pablo Iglesias, quien en su arrogancia infinita aún piensa que le está doblando el pulso a Sánchez.

Ahora bien, el presidente del Gobierno debe tener cuidado: cuanto más fuerce el embuste de que el moderado es él y el ultra Pablo Casado, menos votantes le creerán. Hasta para el crédulo pueblo español, y hasta para las campañas políticamente correctas de todas las televisiones.

En cualquier caso, España regresa a 1996: PP y PSOE a la búsqueda del voto de centro, cuando todo el mundo sabe que el centro político no ha existido nunca: es el centro de la nada.