Commerzbank ganó 391 millones de euros hasta junio, un 26,6% menos que en 2018, lo que certifica que el segundo banco alemán, en el que el Gobierno aún posee algo más del 15%, no ha dejado atrás la crisis. El comportamiento de la entidad ha sido curioso y parece ir contracorriente: los ingresos por intereses netos aumentaron un 9,5%, hasta los 2.505 millones, mientras que las comisiones se redujeron un 3,7%, hasta los 1.507 millones de euros.

El desempeño comercial también ha sido positivo: la entidad captó 232.000 nuevos clientes particulares y 11.400 empresas en Alemania. Sin embargo, no ha sido suficiente para evitar que la cotización comenzara la sesión de este miércoles con caídas superiores al 3%. Y es que a los inversores les asusta el futuro del banco, que no ve claro el cumplimiento de los objetivos para el resto del ejercicio.

Así lo ha señalado la entidad: “En general, el banco espera un ligero aumento interanual en el beneficio neto consolidado del ejercicio fiscal 2019, aunque este objetivo se ha vuelto significativamente más ambicioso dado el desarrollo de las ganancias en la primera mitad del año, el notable empeoramiento de la situación macroeconómica y la situación geopolítica cada vez más incierta”.

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