• En distintas regiones españolas, con Madrid a la cabeza, se pone a los pequeños en manos de 'formadores' del lobby homosexual LGTB.
  • En Madrid, con Cristina Cifuentes, el Partido Popular se ha puesto a la cabeza de tan progresista iniciativa.
  • La norma madrileña vulnera la libertad de dedicación de los padres, la libertad de cátedra de los profesores y la libertad de expresión de todos.
  • ¡Pobre de aquel que se atreva a criticar, no ya a los homosexuales, sino a la homosexualidad.
  • De hecho, con estas normas, todas más o menos iguales, el catecismo de la Iglesia Católica se convierte en ilegal.
  • Pero nadie se atreve a levantar la mano en el PP.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (en la imagen), que quiere ser presidenta del Gobierno en lugar del Presidente del Gobierno, ha inaugurado, rodeada de niños, ¡ay madre!, el curso escolar del homosexualismo. Y tiene su razón, dado que dos normativas pro-gay son las más 'avanzadas' y 'progresistas' de España, que significa justo eso que están ustedes pensando. Cifuentes, en pocas palabrasha posibilitado el lavado de cerebro homosexualista de los niños desde la infancia. Vamos, que PSOE, Podemos o Ciudadanos, también muy progre, se han quedado en poco menos que nada a su lado. Es más, Cifuentes ha dado el paso mayor: no sólo serán los centros públicos los que tendrán que forzar la homosexualidad entre los pequeños sino también los concertados. Y los maestros de ceremonias sería el propio LGTB. El juez Fernando Grande Marlaska, homosexual reconocido y casado con otro homosexual, niega que exista el lobby gay, al menos en la judicatura. Pues no sé yo si en la judicatura, pero jueces y fiscales están aprovechando las nuevas normas homosexualistas. Pero las pruebas están aquí. Lo cuenta Manuel Morillo en sus 'anotaciones'. Buen resumen de cómo adoctrinar a nuestros peques en la homosexualidad desde su más tierna infancia. En España han cundido las leyes de ideología de género, que, bajo la máscara de defender a los homosexuales de la homofobia no hacen otra cosa que imponer la homosexualidad. La gravedad la reflejaron los obispos madrileños de Alcalá y Getafe, cuando aseguraron que la ley Cifuentes pervertía a la infancia y colocaba al Catecismo, es decir, a la Iglesia,  en situación de ilegalidad. Porque la iglesia acoge a los homosexuales pero condena la homosexualidad. Pero a Cifuentes le es igual. Inaugura el curso rodeada de niños, con los que no deja de fotografiarse y, si fuera necesario, repetiría besos, pero a los que envía a la perversión. Y lo más  curioso. Silencio en el PP y silencio entre los colegios religiosos que, con tal de salvar el concierto, ni elevan la voz para protestar y dejan a los infantes desarmados ante lo que les viene encima. Eulogio López eulogio@hispanidad.com