• A partir de las elecciones de 2018, el grupo terrorista estará plenamente constituido como partido. Hasta entonces, dispondrá de tres portavoces sin derecho a voto.
  • Queda por superar un escollo fundamental: que la población ratifique el acuerdo en el referéndum del próximo 2 de octubre.
  • Los empresarios creen que el nuevo escenario atraerá inversión extranjera, pero no tienen claro que reactive el consumo: los colombianos no están tan eufóricos.
La guerra ha llegado a su fin. El proceso de paz en Colombia parece irreversible, aunque todavía queda por superar un escollo importante: que la población ratifique los diálogos de La Habana en el próximo referéndum. La cuenta atrás acaba de arrancar: el presidente Juan Manuel Santos ha confirmado que "el plebiscito por la paz se celebrará el 2 de octubre". Superado ese último peldaño, el pueblo colombiano podrá respirar aliviado después de más de cincuenta años de conflicto. Aunque algunos afirman que este ciclo de violencia ha durado más tiempo: "si miramos la historia con cuidado llevamos casi 200 años de cultura de guerra en esta nación", un factor que añade valor al acuerdo, relata el empresario colombiano Mario Hernández a El Espectador. Sea como fuere, Colombia ha cambiado de era. Es lo que celebran tanto medios como líderes políticos de todos los signos (Maduro, Capriles, Obama, UE, la ONU, Mercasur…) ¿Pero ahora qué? Sabemos, por ejemplo, que las FARC entrarán en las instituciones democráticas. Hasta las elecciones de 2018, contarán con tres portavoces en el Congreso y el Senado. Serán designados por la guerrilla, con dos condiciones: que no tengan armas ni una condena pendiente. No tendrán derecho a voto, y sólo podrán discutir asuntos relacionados con el acuerdo. Pero las tornas cambiarán a partir de los comicios. Entonces sí estarán conformados como un auténtico partido político, aunque con matices. Tendrán cinco escaños obligatorios en el Congreso y el Senado, independientemente de los votos que sumen, durante las dos primeras legislaturas. ¿Y cómo influirá en la economía este nuevo ciclo de postconflicto? Muchos empresarios colombianos coinciden en que la inversión extranjera aumentará porque un país gobernado en paz es más atractivo. Pura lógica. En principio, las exportaciones también mejorarán, porque Gobierno y empresas podrán explotar nuevas regiones que antes estaban en manos de la guerrilla. En cambio, algunos empresarios dudan de que esta nueva etapa vaya a reactivar el consumo. "Veo problemática la frialdad con la que las personas están tomando este evento, no existe ese sentimiento de felicidad que debería haber. Por lo que la firma de la paz tal vez no estimule tanto el consumo", afirma a El Espectador Carlos Eduardo Botero, presidente del Instituto para la Exportación y la Moda (Inexmoda) en Colombia. Además, Botero añade a su tesis que la economía colombiana ha forjado ya unos buenos indicadores gracias al trabajo de varios gobiernos. Daniel Esparza