• El cambio en los grupos que manejan la extorsión en varias regiones es uno de los efectos de la inminente desmovilización de las Farc.
  • "Se trata de una batalla por apropiarse del 'combustible' del crimen en Colombia", dice el fiscal Néstor Humberto Martínez.
  • Los 16.000 militares y policías que el Estado destinó a la desmovilización de las FARC también tienen la misión de detectar las embestidas de los otros grupos ilegales.
El cambio en los grupos que hoy manejan la extorsión en varias regiones es uno de los efectos que se están dando en Colombia como consecuencia de la inminente desmovilización de las FARC. Mientras todo el país mira con expectativa ese proceso, el ELN y las bandas, especialmente el 'clan Úsuga', hace sus apuestas: en algunas zonas están jugando conjuntamente y en otras se están enfrentando abiertamente, según informa El Tiempo. "Se trata de una batalla por apropiarse del 'combustible' del crimen en Colombia", dice el fiscal Néstor Humberto Martínez en la carta en la que pide el regreso de la fumigación aérea, en relación con los movimientos de otros grupos ilegales hacia antiguas zonas de las Farc, "lo que ya empieza a evidenciarse". Informes de Inteligencia conocidos por El Tiempo y alertas de autoridades locales y regionales advierten de seis regiones en donde eran fuertes las Farc y ahora hay manifestaciones de grupos armados que antes no hacían presencia. La plata de la extorsión, de la coca y de la minería ilegal son el botín de esta disputa. Esas regiones son el Pacífico nariñense (en especial, Tumaco); el Cauca, el nordeste antioqueño, Chocó, el eje Meta-Guaviare y el Catatumbo. En el Catatumbo, donde en la última década la extorsión fue un delito casi monopólico de las Farc, a los agricultores y comerciantes les están llegando 'cuentas de cobro' del Frente Nororiental del Eln. A los que han pagado les dan recibos y les dicen que si se aparece alguien del frente 33 de las Farc a cobrar, muestren el papel y les digan que ya hicieron 'la contribución'. Eso también está pasando en Anorí, uno de los municipios con más tradición minera de Antioquia. Allá la gente dice que los que cobran 'vacuna' son "gente nueva del Eln" y no los mismos de siempre: los del frente 36 de las Farc. Lo extraño es que tienen toda la información de las víctimas y su capacidad de pago, como si hubieran recibido todo el plan de datos de los anteriores capos de la extorsión en esa tierra de minería de oro. Así las cosas, los 16.000 militares y policías que el Estado destinó a la seguridad de las zonas donde se concentrarán las Farc para su desmovilización también tienen la misión de detectar las embestidas de los otros grupos ilegales y conjurarlas, para que no se repita la historia de las bandas criminales en zonas de desmovilización de los 'paras'. Es el nuevo desafío para el presidente Juan Manuel Santos. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com