Coca-Cola va a pasar del azúcar de los refrescos (en muchos países se está implantando un impuesto a las bebidas azucaradas)… al del alcohol (que también tiene azúcar). Y es que ha anunciado que lanzará su primera bebida con alcohol -denominada Topo Chico- en España el próximo marzo, y lo hará con una campaña en la que también promueve su consumo responsable y se centrará en que está dirigida a personas mayores de edad. Ante todo, consejos inútiles.

La multinacional de Atlanta compró la marca de agua con gas Topo Chico en 2017 y ahora le da una vuelta para entrar en un nuevo segmento de bebidas denominado hard seltzer (es decir, refrescos con alcohol) que está teniendo un gran éxito entre los millenials de EEUU y Reino Unido. En concreto, su nueva bebida está elaborada con agua con gas, alcohol y aromas naturales sin gluten, y se lanzará con tres sabores distintos (lima-limón, cherry açai y tropical mango). Se venderá en latas de aluminio en supermercados, hipermercados, tiendas online y también estará disponible en el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías). Una apuesta más por la innovación líquida, tras Signature Mixers (su primera bebida de cola para combinar con destilados, como whisky, ron, bourbon, coñac o tequila reposado) y Royal Bliss (tónicas premium). 

Coca-Cola trata de diversificar aún más su portfolio a ver si así remonta sus números: su beneficio neto se hundió un 33% en el tercer trimestre y las ventas bajaron un 9%. No van mejor las cosas para su ‘megaembotelladora’ europea, que ha ingresado 3.179 millones (-3%) en ese mismo periodo, siendo el mercado ibérico -España, Portugal y Andorra- el único donde las ventas han caído a doble dígito (-23,5%), y acumula una facturación de 8.016 millones (-12%) en los nueve primeros meses por los efectos de la pandemia del coronavirus, sobre todo, en el canal Horeca. Ojo, porque todo esto ya ha empezado a tener consecuencias en el empleo: ha cerrado la planta de Málaga (dedicada al canal Horeca al tiempo que tiene su campaña de apoyo a bares) y no hay que olvidar lo que hizo hace unos años (ERE y cierre de las fábricas de Colloto, Palma de Mallorca, Alicante y Fuenlabrada, a pesar de tener jugosos beneficios, provocando un largo conflicto laboral que finalmente cerró vía prejubilaciones).