• El embotellador español planea otra estructura para que el centro logístico funcione como tal.
  • Después de 31 meses de pesadilla, Coca-Cola Iberian Partners dice que hay demasiada rigidez y poca flexibilidad.
  • Su idea no es tocar sueldos ni plantilla, pero sí la asignación de tareas y el ajuste de horarios.
  • Fuenlabrada seguía sin convertirse en el centro logístico prometido y sin apenas carga de trabajo.

Nueva vuelta de tuerca en la planta de Fuenlabrada de Coca-Cola Iberian Partners, presidida por Sol Daurella (en la imagen). Esa fábrica, recuerden, es la protagonista de un ERE declarado nulo en 2014, obligada posteriormente a reabrir con el aval de la Audiencia Nacional. La pesadilla dura ya 31 meses. Otra cosa es que el centro funcione como quiere la empresa, lo cual convive, indefectiblemente, con el mosqueo de sus trabajadores. Hicieron falta seis sentencias judiciales para que la embotelladora se convirtiera en centro de operaciones industriales y logísticas (COIL) -el remedio-, pero no se sabe todavía cuánto tiempo queda para emplear a todos (con un qué y un cómo). Y a eso se une, como les ha contado Hispanidad, que Coca-Cola haya ocultado sus vergüenzas con la mayor producción en las plantas de Martorells (Barcelona) y Quart de Poblet (Valencia), mientras la de Fuenlabrada sigue sin convertirse en el centro logístico prometido y apenas hay carga de trabajo. Y sumen a eso que sus empleados están vigilados, como reflejó el informe de la Inspección de Trabajo hace unos meses. La idea, ahora, es reorganizar el centro con la creación de una nueva estructura organizativa. Dicho de otro modo, cambiar la asignación de tareas y que todos los turnos sean de día, no como hasta ahora (diurnos y nocturnos). Todo eso con más flexibilidad y con menos rigidez, que es de lo que se queja el embotellador español (ahora integrado en Coca-Cola European Partners, la megaembotelladora europea). Toca negociar con los sindicatos, tanto para asignación de tareas como para ajustarlas a la actividad de un centro logístico, no de una planta con actividad de fabricación. El caramelo para el comité de empresa será que no recortará empleos ni tocará los sueldos. Miriam Prat miriam@hispanidad.com