Se clausura la sesión del Consejo en el Legislativo norteamericano porque los servicios secretos, que son muy secretos, han descubierto que una milicia de ultraderecha -mala gente- pretendía asaltar el Capitolio, mismamente el 4 de marzo, para entronizar como presidente al caído Donald Trump.

No sabemos quién es esa milicia ultraderechista, seguramente pertrechada con alguna columna de carros blindados, suponemos, pero el servicio secreto, que es muy secreto, ha asegurado que les tiene localizados aunque no nos han dado su nombre -porque es muy secreto- ni, al parecer, les han detenido secretamente.

Al final, ya verán cómo detienen y ponen a disposición judicial a algún majadero de Nebraska que, en el sótano de su casa disponía de una docena de Kalashnikov.

Para que todo suene un poco más a chiste, nos explican -RTVE también- que el 4 de marzo les mola mucho a los ultras porque antes era la fecha de la toma de posesión presidencial. Todo muy simbólico.

Pero hay algo que sí es cierto: la rocambolesca e innominada acusación ha servido para mantener cerrado el Congreso y, sobre todo, para mantener a un pueblo temeroso y alerta ante el posible golpe de Estado fascista, así como para identificar al expresidente, que lo ha dicho hasta hace dos meses, como un peligroso golpista.

Es decir, una nueva -y gigantesca- manipulación progre-demócrata, cuando Biden lleva poco más de un mes en la Casa Blanca. Y es que hay que seguir alimentando el espantajo golpista ante un pueblo poco dado a consolar al perdedor y que, sin embargo, sigue creyendo en Donald Trump.

Y todo ello con un Biden al que ya se le ha ido el discurso -o sea, la cabeza- por dos veces, que considera lo más urgente pagar abortos, que tras presumir de pacifismo ya ha practicado su primer bombardeo contra milicias iraníes y que poco ha hecho para salvar la división de los norteamericanos, tal y como aseguró durante su discurso de investidura.

Mientras esto continúe así, hay que seguir agitando el espantajo del golpismo. Otra grandiosa manipulación. eso sí, manipulación progresista.