Los medios oficiales de China, controlados por el gobierno, muestran dos caras sobre la gravedad de la crisis sanitaria del coronavirus: por un lado, están aquellos que tienen en portada información actualizada y casi en directo; pero, por otro, está el ejemplo del principal informativo de la noche, que ven cientos de millones de chinos, y que colocó en quinto lugar de importancia informativa la actualización de los datos sobre el virus.

Por ejemplo, y según cuenta la BBC, Guan Yi, un virólogo que ayudó a identificar el coronavirus que causó el SARS, mostró su preocupación al prestigioso portal Caixin, web que ofrece información económica, lo siguiente: "Nunca he sentido miedo. Esta vez, tengo miedo".

Guan viajó a Wuhan y mostró su escepticismo sobre la actuación de las autoridades de la región. "No creo que el gobierno local haya hecho lo que debería. Ni siquiera ha estado repartiendo guías de cuarentena a las personas que abandonaban la ciudad", señaló.

Aseguran los expertos que una de las razones del encubrimiento sobre la evolución del coronavirus es que, la China de Xi Jinping, ha destruido sistemáticamente el periodismo independiente, los medios de comunicación social, las organizaciones no gubernamentales, incluso a la propia judicatura del país, que podrían sacar a relucir la verdad.

Aquí en España, el prestigioso cirujano plástico Pedro Cavadas ya expresó sus dudas respecto a la política informativa del país asiático sobre la enfermedad.

Tal  parece que el país asiático hubiera adoptado el modelo Ábalos respecto a su famoso encuentro con la número 2 de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, para informar sobre el coronavirus. Recapitulando, modelo Ábalos en seis pasos/versiones:

  1.  Ábalos aseguró que acudió al aeropuerto a título privado a recibir al ministro de Turismo venezolano, Félix Plasencia, con quien mantiene una relación de amistad desde hace años y que viajaba en el mismo avión que la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
  2. Admite una reunión, pero con el ministro de Turismo:
  3. Encuentro «fortuito» y «saludo forzado»: El dirigente socialista y miembro del Gobierno señaló que la vicepresidenta del Ejecutivo venezolano, Delcy Rodríguez, «no pisó territorio español» y que «no hubo reunión» entre ambos, aunque sí un «saludo forzado». «Yo creo que fue una circunstancia muy fortuita, muy casual y dentro de mis circunstancias lo resolví como mejor pude, no generando ningún problema», indicó el ministro.
  4. Saludo y recordatorio legal dentro del avión: En su cuarta versión, Ábalos aceptó haber visto y saludado a la vicepresidenta de Nicolás Maduro a bordo del avión, y que solo se limitó a recordar que no podía pisar territorio español al pesar sobre ella una restricción de viajar a territorio europeo debido a las sanciones que pesan sobre Venezuela.
  5. «Servicio al país» y encuentro de 25 minutos: La quinta etapa fue una de las más escandalosas. El ministro aseguró que mantuvo un encuentro con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, entre «unos 20 y 25 minutos», en los que no le dio tiempo «a tratar nada». incumplió resoluciones europeas». «Hemos asegurado de que se cumplieran», añadió. Finalizando la estampa con lo que el ministro definió como un «servicio a España».
  6. La sala vip: Cerrando el círculo llegamos a la sala vip, tema con el que comenzábamos la noticia. Ábalos volvió a ver una segunda vez a la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, tras saludarle en el interior del avión, para recordarle que no podía entrar en España en virtud de las sanciones europeas. El ministro se despidió de ella en la sala VIP de autoridades de la terminal 1 del aeropuerto de Barajas. «Dos besos y hasta luego», relatan las fuentes, que niegan que la despedida pueda ser considerada como una segunda reunión o encuentro.