El director de un parque de Berlín, muy frecuentado, decidió reservar ciertos lugares a los traficantes de droga para limitar sus acciones, una iniciativa muy criticada por la derecha conservadora y la policía, que denuncian una forma de legalización, informa El Economista.

Situado en pleno corazón de la capital alemana, en el barrio de moda y multicultural de Kreuzberg, el Görlitzer Park, muy concurrido el fin de semana, especialmente por familias, es también conocido por los numerosos traficantes que, sin apenas esconderse, venden "hierba" y no dudan en abordar a los transeúntes.

Las pocas intervenciones de la policía no disuaden a los vendedores, originarios de los países del África negra.

Frente a las protestas de los vecinos y las familias, el director del parque, Cengiz Demirci decidió hacer marcas en el suelo con pintura roja, en una de las entradas del recinto, con pequeños rectángulos en los que la venta estaría tolerada.

Las pocas intervenciones de la policía no disuaden a los vendedores, originarios de los países del África negra

Esta iniciativa busca que los cerca de 250 traficantes, según la prensa local, que venden en este parque se limiten a esta zona y no recorran todo el espacio.

Pero la idea levantó la indignación de la derecha conservadora y de los policías.

La comisaria federal responsable de drogas, Marlene Mortler (de la derecha bávara), denunció la medida. "Desgraciadamente, tenemos que aceptar el hecho de que la gente consuma drogas, en una cierta medida, pero no tenemos que estar autorizados a acordar una licencia para el comercio", fustigó.

El sindicato de policía de Berlín (GdP) también criticó la iniciativa. "Para que el parque se limpie de droga y por lo tanto de criminalidad, se necesita la presión permanente de parte de la policía, una determinación jurídica y un apoyo político", advirtió su portavoz, Benjamin Jendro.

Tras la polémica, el alcalde del distrito aseguró el jueves que la iniciativa era todavía un proyecto y que no se había tomado ninguna decisión definitiva. Muy cierto, las chifladuras hay que analizarlas con tino y con tiento.