Ocurrió en la rueda de prensa de nuestro equipo médico habitual, doctor Fernando Simón, lunes 15 de febrero, por la tarde. Desde hace un tiempo, los palos recibidos por el genio de las predicciones le han cerrado el rictus. Sus respuestas son secas y un punto amargas, pero sigue cumpliendo con su papel. El lunes 15, superado ya el día de los enamorados, tocaba mano dura. Lógico; la cifras que él mismo maneja, revelan quela tercera ola remite.   

Y así, el mismo que aseguraba que la mejor mascarilla consistía en guardar la distancia de seguridad (y así es, por ejemplo, en Londres la gente camina por la calle sin bozal y se lo pone al entrar en espacios cerrados) nos advierte ahora que vamos muy mal, aunque descienda el cifras de fallecidos -la cifra importante- y que más que luz al final del túnel lo que hay es un nuevo túnel… con más restricciones de libertades individuales.

Eres libre para vacunarte pero, o te vacunas o te haremos la vida imposible... 

La chifladura Covid ha llegado al extremo de que Fernnado Simón nos da a elegir entre pulmonía o neumonía. Atención: “lo recomendable es la ventilación cruzada y las ventanas abiertas” continuamente. O sea, lo que nuestras madres decían, y denigraban, “estás haciendo corriente”. Y si no lo denigraban, al menos ninguna madre estaba tan chiflada como para hacer vivir a los suyos en medio de una corriente porque, entonces, en lugar de morir de neumonía morirían de pulmonía. ¡Menudo frío vamos a pasar!

Pero los medios informativos, presos de nuestra particular chifladura Covid, es decir, presos de nuestros miedos, trasmitimos acríticamente las exigencias constantes y crecientes del poder, personificado aún en Fernando Simón.

En esa línea, el Gobierno Sánchez ya prepara la siguiente campaña: no se atreven a forzar la vacunación obligatoria porque eso ‘visibivilizaría’ el abuso y lo convertiría en debate público, algo que debe ser evitado cuidadosamente. Recuerden que las nuevas tiranías se aplican en nombre de nuestra salud y nuestra seguridad, algo demasiado importante como para permitir la discrepancia. Si haces preguntas, eres un negacionista y simplemente serás condenado al ninguneo.   

La vacunación, por supuesto, no aumentará tu libertad: seguiremos con el bozal y otras restricciones a la libertad

Así, el Gobierno prepara un escenario que podemos describir así: eres libre para vacunarte pero, o te vacunas, o te haremos la vida imposible. Ya saben, una pasaporte de vacunado: sin él, no podrás trabajar, no podrás viajar, te condenarás a ser un paria.

Y ojo, la vacunación, por supuesto, no aumentará tu libertad: te obligarán a vacunarte pero también a seguir llevando el bozal y otras restricciones a la libertad, también aquella que propiciarán tu ruina económica.  

Y cuando todo esto acabe, que terminará, y no por las restricciones del poder sino porque nuestro propio sistema inmunitario -creado por Dios, no por las multinacionales farmacéuticas, reaccione ante el virus-, nos habremos acostumbrado a la sumisión al poder… que era lo que algunos están aprovechando para crear una España acrítica y pastueña.

O neumonía o pulmonía, pueden elegir. Mi consejo es que supere sus miedos, confíe en Dios y aplique usted su propio discernimiento, con sentido común y sin hacer mucho caso a la interesada chifladura Covid creada desde el poder: que no le amarguen la existencia.

Su libertad debe y puede consistir en algo más que la elección entre neumonía y pulmonía.