La Policía Nacional está intentando localizar a cuatro jóvenes que entraron en la parroquia de San Pedro en La Felguera (Langreo, Asturias) y quemaron parte del altar. Las chicas fueron grabadas por las cámaras de seguridad de la parroquia, según ha adelantado La Nueva España.

En dependencias policiales se están investigando ahora los daños ocasionados el pasado jueves, que la parroquia calcula en unos 600 euros. Se mantiene abierta la investigación tras constatar daños en diversos utensilios del altar, como un mantel, que fue parcialmente quemado.

Las jóvenes entraron a la iglesia poco después de que se abrieran sus puertas por la mañana y se acercaron a la zona del altar donde prendieron varias velas, quemaron un mantel y libros litúrgicos, se llevaron dos micrófonos y rompieron otro. Además, las jóvenes dañaron una pared y esparcieron velas por el suelo durante los 20 minutos que estuvieron en el interior de la iglesia, añade La Nueva España.

Los feligreses están asustados, preocupados y dolidos", dice el párroco.

En opinión de Ángeles Mortera, que trabaja como administrativo de la parroquia, según lo que se ve en las grabaciones, "no había un ánimo de robar. Una de las chicas estaba hablando por el micrófono, se sentaban encima del altar y en un momento de la grabación también se les ve bailando, como burlándose. Es una profanación, de venir a hacer daño y a ofender a los cristianos. Aquí han entrado otras veces, como pasa en otras iglesias, pero vienen a robar", indica Mortera, para añadir a continuación: "Esto ha sido distinto. Otras veces el daño es económico; esto es una burla a la religión y a los cristianos”, recoge La Nueva España.  

Solo los micrófonos y los libros litúrgicos tienen un valor de unos 600 euros. Los desperfectos del altar, de piedra, se han limpiado con espátulas, pero a eso hay que añadir el pequeño desconchón de la pared. "Lo habíamos renovado hace poco y tendrá que venir otra vez el restaurador a repararlo. No es ninguna tontería", indica José Antonio Couso, párroco de La Felguera.

"No se sabe" -añade el párroco- "si vinieron a hacer un juego, una apuesta, a profanar o qué, no se sabrá la razón hasta que las cojan. Los feligreses están asustados, preocupados y dolidos”, recoge La Nueva España.