Cellnex ha colocado 200 millones en bonos senior, no garantizados y convertibles, que la bolsa ha contestado con una caída de casi el 1%, aunque suavizada después, un Ibex claramente alcista. La deuda es, de hecho, uno de los problemas, por su peso, de la ex gloria de Abertis, controlada ahora por los Benetton.

La nueva emisión, anunciada ayer, vence 16 de enero de 2026, tiene un coste financiero del 1,50%, ha sido suscrita completamente por los inversores y será fungible con la anterior de 600 millones de euros, de enero de 2018, explica el comunicado de la firma de infraestructuras de telecos.

La nueva emisión, adicional a la de enero de 2018 y con un interés del 1,5%, se negociará en la Bolsa de de Fráncfort

El objetivo ha sido alargar el vencimiento medio de su deuda y mejorar su coste, pero esos dos extremos son los sambenitos, a juicio de los analistas, porque penaliza el resultado neto. La firma de infraestructuras de telecos acumula una deuda neta de 2.922 millones, a septiembre, frente a los 2.677 millones de principios de años, equivalente a 4,9 veces el Ebitda.

Ese sobreapalacamiento, con un coste de una 40 millones por semestre, tiene su origen su rápida expansión, se traslada a la cuenta de resultados, “tremendamente sensible a un repunte en el coste de financiación y el valor sufre cuando se producen momentos inestables en mercado”, según los analistas de Bankinter, como sucedió en febrero, cuando el valor cayó a 19,53 euros.

Cellnex prevé que los nuevos bonos, que equivalen a un 2,3% del capital social, sean admitidos a negociación en la Bolsa de Fráncfort, donde se negocian los bonos originales, en la fecha de emisión.