Los resultados hasta septiembre de Cellnex están intrínsecamente unidos al impasse de la compañía tras el asalto de los Benetton (29,9%) con Edizioni, que ha orquestado el control de la tecnológica a través de Connect. Las pérdidas hasta septiembre suman 26 millones, en el extremo opuesto del beneficio de 29 millones en el mismo periodo de 2017. La razón está en las provisiones de 55 millones, computadas en el tercer trimestre, para los expedientes de regulación en marcha de la compañía.

Los resultados, por tanto, se ajustan al ajuste laboral, valga la redundancia, con las prejubilaciones y bajas incentivadas en Tradia y Retevisión. La actividad, sin embargo, es sólida, tanto por los ingresos, que crecen un 14,8% (a 665 millones) y el Ebitda, con una mejora del 19,3% (a 439).

Los dos registros dan una idea de la compañía, ahora bajo control italiano. Ha sido la joya de la corona de Abertis, pero el accionista histórico, Criteria, ha quedado fuera de juego a pesar de su participación del 6%.

Los Benetton han mirado a Abu Dabi (Adia) y Singapur (GIC), dejando fuera de juego Criteria (6%)

De hecho, entre los tres principales accionistas, además de los Benneton, naturalmente, están los fondos soberanos de Abu Dabi (Adia) y Singapur (GIC), sus socios en Connect, con el 20% cada uno. Entre los tres han suscrito una ampliación de capital de 1.500 millones, con el compromiso de acudir a futuras ampliaciones.

En Cellnex todo pasa ya por su presidente, el italiano Marco Patuano, un hombre de los Benetton (a la izquierda, en la imagen), pero alejado del consejero delegado de Atlantia, Giovanni Castellucci, que hace su trabajo para el control de Abertis. Patuano tiene por delante la reconversión total de la compañía, de la mano del consejero delegado, Tobías Martínez (a la derecha, en la imagen) para adaptarla a la revolución que viene, la quinta generación de telefonía móvil (5G).

La deuda, asignatura pendiente, crece un 31% pero Patuano aspira a doblegarla con los ingresos

Requerirá grandes inversiones, ahora paralizadas, para crecer con redes mejoradas de fibra óptica, los nodos de emisión (o small cells) los dispositivos de para recibir información desde las casas (edge computing).  En ese encaje de bolillo, la deuda es un problema, mientras sigue creciendo. Desde enero, en concreto, un 31%, hasta 2.922 millones.

De ahí la futuras ampliaciones de capital, con ayuda de los fondos Adia y GIC, aunque Patuano confía en doblegar la deuda con el aumento de ingresos.

Es ahí donde está fortaleza de Cellnex, con su negocio de las torres de telecos y los servicios de infraestructuras que presta. El resultado, en ese sentido, es desigual: los ingresos en los servicios de los operadores de telecomunicaciones se disparan un 27%, hasta 432 millones, pero no sucede lo mismo en las infraestructuras de difusión, que aportan sólo 4 millones más que hace un año (pasan de 175 a 179 millones) o los servicios de redes, planos en 59 millones.