• 59Se ha colocado como el referente contra los secesionistas… y con el apoyo de todas las fuerzas políticas.
  • Pablo Iglesias sigue en su contradicción: derecho de autodeterminación sí, pero no para autodeterminarse.
  • Por lo demás, Iglesias no abandona su arrogancia: felicita a Rajoy por rectificar y aprovecha para darle lecciones de democracia. 
  • Todavía no ha llegado al poder y ya prefigura cómo se comportaría si fuera presidente del Gobierno: como el tiranuelo que es. 
  • El pacto nacional de Ciudadanos tiene un apartado lógico -no pactar con los independentistas-.
  • Rivera a Pedro Sánchez: cambiar la Constitución no acaba con la corrupción.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha entrado en Moncloa. Un sonoro viernes 30 de octubre de 2015. Digamos que el Sistema le ha admitido a trámite. Se ha entrevistado con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (en la imagen). Tres horas antes lo había hecho Albert Rivera, que forma parte del Sistema, pero en calidad de advenedizo. Y, en cualquier caso, son las llamadas fuerzas emergentes. De entrada, Pablo Iglesias sigue en su contradicción: derecho de autodeterminación sí, pero no para autodeterminarse. No aporta mucho y su estrella declina, mientras la de Rivera crece. Pero, no lo olviden: al fin el Sistema cuenta con él: Rajoy le ha llamado y ha sido recibido en Moncloa. Está feliz.

Por lo demás, Iglesias no abandona su arrogancia: felicita a Rajoy por rectificar, por recibirle, y se engríe de estar en Moncloa porque Podemos "ha modificado" la escena política española. Luego le ha dado unas cuantas lecciones a la casta, ahora el búnker. Por ejemplo, que la democracia nunca es un peligro y que el PP está muy bunkerizado. Este chico promete: todavía no ha llegado al poder y ya nos prefigura cómo se comportaría si fuera presidente del Gobierno: como el tiranuelo que es.

A continuación pide una ley electoral más proporcional y una reforma judicial para que los tribunales "no trabajen para los partidos políticos". El problema, como tantas veces en Podemos, es que cuando concretan se percibe que no tienen muy claras las ideas. Por ejemplo, arremete Iglesias, contundente él, contra las puertas giratorias y, para demostrar su dominio de la situación, pone un ejemplo: Rodrigo Rato o Trinidad Jiménez no pueden ser miembros del Consejo de Administración de Telefónica. Bueno es que nunca lo han sido, ni parece probable que lo sean. 

Reforma de la justicia para que los tribunales no trabajen por los partidos políticos. Y que presionó al TC.

Luego viene lo del blindaje constitucional de los derechos sociales (trabajo, vivienda, etc) en la Constitución. Como si un papel, por elevado que sea, pudiera garantizar trabajo y vivienda para todos. 

Y la guinda de la tarta, que vuelve a exhibir la contradicción de Podemos. En un referéndum por la independencia de Cataluña, ¿deben votar los catalanes o el conjunto de los españoles? Al parecer los dos, en dos presuntos procesos paralelos que no he acabado de entender… Y me temo que no lo ha entendido nadie.

En cualquier caso: Rajoy ha conseguido que Podemos vuelva a retratarse, en el Palacio de la Moncloa, además, como enemigo de la independencia de Cataluña. El mensaje es ese: incluso el rojísimo Pablito Iglesias está contra Artur Mas y los separatistas. El resto no importa demasiado: las enrevesadas, retorcidas como una viruta, obviedades de Podemos. Por ejemplo: la democracia es diálogo. No, si te parece, Iglesias, es liarse a tortas.

Vamos con Albert Rivera, que también ha visitado al presidente Rajoy. Estamos en el jacobinismo, unión de la derecha e izquierdas tradicionales (PP y PSOE) con los neocomunistas de Podemos y con los progre-radicales de Ciudadanos contra el independentismo catalán. Rajoy está asustado así que busca apoyos contra los independentistas, aunque es verdad que a lo mejor repite como presidente gracias a Artur Mas. En efecto, el agotamiento de media España y el cabreo de la otra media, con el pesadito de Artur Mas hará el resto.

Pero maticemos. Primera discrepancia entre Rivera y Rajoy: el primero cree que la declaración de la mesa del Parlament, con Carme Forcadell a la cabeza, declarando la república catalana, es susceptible de demanda. El PP piensa que hay que esperar. Ya saben, Rajoy está "al tanto". Pero Rivera vive el momento: "apoyamos al Gobierno para que se cumplan las leyes, porque la democracia no es negociable". Traducido: el fin justifica los medios. Ciudadanos ha ido a Moncloa con un pacto de cinco puntos para ser firmado por todos: 1.- El artículo uno no se modifica ni se negocia. Conjunto del pueblo español es el que tiene la mayoría. No está mal pero recuerda demasiado a la ley de Principios del Movimiento Nacional: no se podía remozar. Pero se remozó. 2.- Defensa de la unidad territorial del país gobierne quien gobierne. 3.- Reforma dentro del marco constitucional. 4.- Más compromiso con la Unión Europea. 5.- El más importante: gobierne quien gobierne no pactará acuerdos de gobierno con partidos que quieran romper España. Aviso para PP (CIU) y para PSOE (Tripartitos varios). Hispanidad pregunta a Rivera si ahora, por primera vez, ve fuerte a Rajoy y ya no se sienten huérfanos. Rivera no responde pero recuerda que sí, que hasta ahora se había sentido huérfano: es decir, acusa a Rajoy de indolencia ante el independentismo catalán. En cualquier caso "no estoy aquí para mirar atrás… estoy aquí porque, si me toca a mí ser presidente, me gustaría que hicieran lo mismo conmigo. Y entre col y col, lechuga. Rivera habla de que este acuerdo, ni el conjunto del proceso, tiene por qué beneficiar al PP. Y es que este es un acuerdo puntual ante un hecho grave pero las diferencias ideológicas son graves. Y entonces va el líder de Ciudadanos y dice algo nuevo, lo cual es un notición en la política española, convertido en el reino del lugar común. Dice Rivera que España "necesita una clase media, que la clase media vuelva a ser clase media". Increíble pero cierto. Ciudadanos dio aquí en el clavo. Clase media es la pequeña propiedad privada. Ni más ni menos. Y ojo, porque toda la política económica del PP no ha hecho otra cosa que fastidiar al pequeño propietario. Otro acierto, esta vez de táctica. Rivera asegura que el 20 de diciembre sabremos si el independentismo sube o baja. El líder de Ciudadanos también se estrena contra el secretario general del PSOE: "¿Por qué Pedro Sánchez dice que la única salida a Cataluña sea la Constitución federal? Es mejor que eso lo haga un partido nuevo que la vieja izquierda y la vieja derecha". Y por si no ha quedado claro: "Yo no estoy por la reforma constitucional sino por la institucional, porque Pedro Sánchez se olvida de la corrupción que afecta a su partido. La Constitución no es la culpable de todos los males de España ni con su reforma se acaba con la corrupción". Total, que con todo este batiburrillo, y a pesar de que Rivera e Iglesias lo niegan, resulta que a lo mejor Rajoy repite en Moncloa gracias a Artur Mas y su mariachi separatista. Eulogio López eulogio@hispanidad.com