• Y marca criterio: el culpable es el chantajista, no el chantajeado.
  • Ahora bien, en materia de licitación pública, hay países que siguen otro paradigma: también persiguen al chantajeado.
  • Por ejemplo, Estados Unidos: si el negocio es sucio renuncia a él.
  • Por su parte, la constructora Ferrovial ha conseguido quedar aparte del relato mediático del caso Palau.
  • Y eso que ha quedado demostrado que contribuyó a la financiación del independentismo convergente.
La familia Del Pino, Ferrovial y, sobre todo, su presidente y accionista de control, Rafael Del Pino (en la imagen), han conseguido evitar todo el escándalo mediático suscitado por el Caso Palau de la Música. El fiscal no tiene dudas: el culpable es el chantajista, es decir, el nacionalismo del hoy independiente Convergencia (ahora PdCat). Estoy de acuerdo en que no es lo mismo el chantajeado que el chantajista pero hay países que tienen otros paradigmas. Por ejemplo, Estados Unidos, donde los reguladores persiguen no sólo a quien acepta sobornos sino a quien los paga. Y les persigue, a sus propias empresas, por todo el mundo. El fiscal del Caso Palau ha demostrado que Convergencia se financió con Ferrovial, que pagaba para conseguir obra en Cataluña. La familia Del Pino se ha librado de la quema. E incluso, mediáticamente, nadie les ha tocado. Curioso. Eulogio López eulogio@hispanidad.com