• El ex vicepresidente del Gobierno de España Manuel Chaves declara ante el Supremo que no sabía nada, cosa que nadie se cree.
  • Anteriormente lo hicieron José Antonio Viera y José Antonio Griñán.
  • El ex ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, también negó saber nada del caso, cosa que tampoco nadie se cree.
El expresidente de la Junta de Andalucía -y ex vicepresidente del Gobierno de España- Manuel Chaves ha llegado a las 09:50 de este martes al Tribunal Supremo para declarar voluntariamente como imputado ante el magistrado que instruye el caso de los ERE, quien decidirá en función del interrogatorio y otros eventuales indicios si es o no oportuno solicitar el suplicatorio al Congreso para actuar contra él. A la salida de su declaración, Chaves ha dicho a los medios: "He reiterado que durante el tiempo en que fui presidente de la Junta, 19 años, no se ha adoptado en el Consejo de Gobierno ninguna decisión ilegal, ni se ha conocido ninguna ilegalidad", lo que ha hecho a lo largo de su vida política. Ha añadido que "las ayudas sociolaborales tuvieron un efecto positivo para los trabajadores y en la lucha contra el paro". Y ha concluido, ante los medios, que "si hubo alguna persona que utilizó furaudukentamente los fondos, la justicia lo determinará". Vamos, que no sabía nada, cosa que nadie se cree. Recordemos que el juez Alberto Jorge Barreiro ha citado durante el mes de abril ante el Supremo a cinco aforados -que lo son por ser parlamentarios: faltan por declarar Gaspar Zarrías y Mar Moreno-, quienes comparecen como imputados pero voluntariamente antes de que se decida si existen o no indicios para encausar a alguno de ellos. El primero de los citados, el ex consejero de Empleo de la Junta de Andalucía José Antonio Viera, negó la semana pasada haber diseñado la trama para la concesión irregular de ayudas públicas investigada en el caso de los ERE en Andalucía y atribuyó la responsabilidad a sus subordinados. Por su parte, el también ex presidente de la Junta y además ex consejero de Economía y Hacienda y además ex ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, admitió durante su comparecencia, celebrada el pasado jueves ante el mismo magistrado Barreiro, que en la gestión de los ERE hubo un gran fraude, pero no que estuviera planificado. Negó asimismo haber recibido ningún informe de la intervención de la Junta alertándole de las irregularidades que se cometieron en la gestión de una parte de las citadas ayudas públicas. Vamos, que dijo que no sabía nada, aunque nadie se lo cree. Pero en el trasfondo de todo esto hay varias claves. Por un lado, la mala relación personal que mantienen los dos imputados y pesos pesados, Chaves y Griñán. También, que ambos acusan a la actual lideresa socialista en Andalucía, Susana Díaz, de haberles dejado tirados. Y más, tras sus afirmaciones de que le pedirá el escaño si finalmente siguen siendo investigados. Y otra de las claves es que se producen estas comparecencias de Chaves y Griñán ante el Supremo a escasas fechas de las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo. Y el hecho de que todo un vicepresidente del Gobierno de España, Manuel Chaves, pueda ser investigado, sería un palo al PSOE, se diga lo que se diga. Pero sobre todo a su actual secretario general, Pedro Sánchez, en un momento en que este se juega su liderazgo en el partido, por muchos cuestionado, como se sabe. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com