Rodrigo Rato -para quien la Fiscalía pide cinco años y medio de prisión por estafa a inversores- ha vuelto a declarar hoy en la Audiencia Nacional por el caso Bankia: "En mi conciencia no había ninguna sensación de que tuviéramos un problema de salvedades, nadie me lo había transmitido”.

Rato se ha referido también al entonces ministro de Economía Luis de Guindos. “En una cena del 4 o 5 de abril de 2012 nos exigen que Bankia provisione 15.000 millones, cosa que yo consideraba desproporcionado y que no podíamos hacer”, ha dicho el exvicepresidente del Gobierno. Esta “orden política”, según su opinión generó “pánico” en los bancos recoge Ok Diario.

“Hay una petición política de quien controla al FROB y era nuestro jefe”, ha incidido Rato

“El Ministerio por razones políticas, a través de Carrizosa, su director general, me traslada a mí personalmente que el Gobierno quiere que Bankia haga un saneamiento mayor. Esa es una petición política que no me traslada el Banco de España, sino el Gobierno en unas reuniones con mis tres principales competidores. A principios de abril, mis colaboradores y una entidad, elaboramos un posible aumento de provisiones que no tenía cobertura legal ni había sido pedido por el Banco de España”, ha dicho Rato rememorando esos meses previos a la quiebra e intervención de la entidad, que fue rescatada en mayo de 2012.

Rato ha insistido en echar las culpas al auditor Deloitte

“Hay una petición política de quien controla al FROB y era nuestro jefe”, ha incidido Rato señalando sin nombrar a Luis de Guindos.

El expresidente de Bankia ha continuado señalando que “el ministerio me pide que haga un saneamiento mayor. Nos pide una cifra que considere creíble. Así tenemos Gobierno que aprueba un decreto ley, pero que a nuestra entidad le dice que no le basta y le pide más. ‘Tienes que darme más’, y lo dice un ministro. Esto no está soportado por ningunas normas contables del Banco de España era una posición de autoridad política que nos exigía además el cumplimiento”.

Rato ha insistido en echar las culpas al auditor Deloitte, del que ha señalado que le parecía “sorprendente” que el auditor no incluyera ninguna información pendiente de análisis en las cuentas.

El expresidente del FMI ha asegurado que los Consejos de Administración de Bankia y de su matriz, BFA, tenían "la fundada impresión" de que la firma auditora no iba a realizar comentario negativo alguno sobre las cuentas.