El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, se ha apuntado a la tendencia marcada por Moncloa: el rey Juan Carlos I es un corrupto y un indeseable pero su hijo el actual monarca, Felipe VI, es maravilloso. Es más, durante la rueda de prensa conjunta de la tarde del jueves, junto al italiano Guiseppe Conte, el presidente Sánchez ha dicho que esa ruptura de Felipe VI con su padres -a quien no ha podido humillar más- le deja muy tranquilo.

Y es cierto, Sánchez está muy tranquilo: utiliza a su antojo al monarca, un hombre sin mucha personalidad cuyo principal objetivo es… no cometer ningún error.

En resumen, Sánchez, en su línea: forzar el divorcio entre el Rey padre y el Rey hijo. Con ello, espera llegar a la III República, la que impulsa el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.

Pero lo más llamativo de la mañana del miércoles ha sido que el líder del PP, Pablo Casado, ha repetido, así por palabra por palabra, la tesis de Sánchez: sí a Felipe VI, no a Juan Carlos I. Al parecer, la derecha moderada española no se da cuenta de que muchos españoles aún recuerdan el papel clave de Juan Carlos I en la Transición y en la llegada de la democracia. A su lado, Felipe VI no ha hecho sino nada y menos que nada.

Pablo: ¡qué tonto eres!