El exdiputado nacional por Cuenca y exministro de Justicia Rafael Catalá y antes secretario de Estado de Fomento ha abandonado este lunes la dirección nacional del PP para dedicarse a la actividad privada. Lo mismo ha hecho la exministra Isabel García Tejerina, cuyo relevo estaba previsto en el PP ya que Tejerina quiere aumentar sus ingresos y se va a la empresa privada.

En el caso de Catalá, la situación ha sido más polémica. No se ha ido voluntariamente, sino que le ha echado Pablo Casado. ¿El motivo? La relación del hasta ahora secretario de Justicia del PP con el operador de juegos Codere. En verano, Catalá fichó como asesor senior por esta empresa, para la que ya había trabajado entre 2005 y 2011, cuando formó parte de su Consejo de Administración. Su labor consistía, en la práctica, en hacer 'lobby' por la casa de apuestas y mediar con los distintos partidos políticos a la hora de concretar un marco legal sobre el sector. Ahora le llaman resposnabilidad Social Corporativa. Un trabajo que se presenta especialmente complicado en esta legislatura, después de que Unidas Podemos haya llevado en su programa la limitación drástica de los salones de juego como una de sus medidas estrella. Por ello habría que aplaudirles, ciertamente, si los podemitas tuvieran alguna idea sobre cómo lograrlo.

Por cierto, la historia de Catalá y las 'malas compañías' viene de atrás, por ejemplo, cuando aún siendo ministro de Justicia acude a la fiesta de cumpleaños de Manuel Torreblanca, esposo de Liliana Godia, una de las familias más adineradas de Cataluña. El problema es que Torreblanca fue condenado a dos años de cárcel por fraude fiscal.