A Nadia Calviño no le gusta la Sareb. El banco malo fue una invención del Gobierno Rajoy para sacar los activos tóxicos de los balances de los bancos. Eso había que hacerlo. El problema es la manera en la que se hizo y las pérdidas millonarias que provocó y, sobre todo, que pagamos todos los contribuyentes.

El caso es que nunca antes habíamos escuchado una crítica del banco malo como la que hemos escuchado este lunes de boca de la vicepresidenta económica, que ha calificado la Sareb como una “herencia” de la crisis financiera de 2008. Por supuesto, nada tiene que ver el hecho de que la UE ha dictaminado que las pérdidas de la Sareb deben computar como deuda pública. Este año serán unos 34.000 millones más.

“Tenemos que diseñar un plan estratégico que sea lo más positivo posible de cara a los próximos años. Estamos reflexionando”, ha afirmado Calviño este lunes durante su intervención en el curso organizado por la Apie y el BBVA, celebrado en la UIMP, en Santander.

El horno de la deuda pública no está para más bollos. Y este de la Sareb es obra de Rajoy. Sánchez habría hecho otra cosa y mucho mejor. No lo duden.