• La mexicana Sigma se hace con el control total y Pedro Ballvé se marchará en dos años.
  • Tras la salida de los chinos de WH, el todavía presidente del consejo de administración mantiene, de manera indirecta, su 4,46% de la cárnica.
  • Los mexicanos confían en el actual consejero delegado, Fernando Valdés, para llevar el día a día.
Tras la compra por parte de Sigma Alimentos del 37% que el grupo chino WH poseía de Campofrío, los mexicanos se han hecho con el control total de la compañía. Hablamos de Sigma Alimentos, filial del grupo Alfa, propiedad de cuatro familias, todas ellas emparentadas entre sí y habituales en la lista Forbes: la familia de Bernardo Garza Sada –tiene la mayoría- los Fernández Garza, los Garza Medina y los Calderón. El presidente del consejo de administración de Alfa es Armando Garza Sada, y el director general, Álvaro Fernández Garza. Una que llega y otra que se marcha. Y es que, Pedro Ballvé (en la imagen) será el último Ballvé que presida la cárnica burgalesa, fundada en 1952 por su padre, José Luis Ballvé, que invirtió un millón de pesetas para comprar una fábrica alimentaria que estaba abandonada. Son 63 años de historia, casi los mismos que tiene Pedro (61), jalonados por varios hitos que destacan sobre todos los demás. A saber: la venta, en 1978, del 50% de la compañía a la norteamericana Beatrice Foods; el fallecimiento del patriarca de la familia, en 1985, momento en el que sus dos hijos, Pedro y Fernando, asumieron las riendas del grupo. A finales de 1987, los dos lograron recuperar el 50% que aún poseía Beatrice Foods, por el que pagaron unos 10.000 millones de pesetas. En 1988 salió a bolsa  y en 2008 se fusionó con la norteamericana Smithfield Foods. En septiembre de 2014, la cárnica dejó de cotizar en bolsa y así culminó el proceso por el que la china Shuanghui, que había comprado Smithfield, y Sigma se repartieron el control de la empresa. Ahora, los chinos han decidido marcharse y Sigma Alimentos les ha comprado su 37%. Así las cosas, Pedro Ballvé, que posee un 7,28% de la filial mexicana que le da derecho, a su vez, al 4.46% de Campofrío, seguirá como presidente del consejo de administración de la cárnica, al menos durante los próximos dos o tres años. Cuando se jubile y decida marcharse, no habrá ningún otro Ballvé que asuma la presidencia del grupo, aunque la familia decida mantener su participación en Sigma Alimentos. En cualquier caso, los mexicanos seguirán confiando el día a día en el actual consejero delegado, Fernando Valdés, que llegó al grupo en 2005 como director general y nueve años después, en enero de 2014, asumió el cargo de consejero delegado, en sustitución de Robert Sharpe. Entre los retos más inmediatos e importantes de Valdés será la reconstrucción de la fábrica de Burgos, para la que se destinarán unos 215 millones de euros. La toma de control por parte de Sigma no debería entorpecer la construcción de la nueva planta, prevista para 2016. Quién sabe, pero podría ser la última inauguración de Pedro Ballvé. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com