• El mexicano Mario Páez asume la Presidencia de la compañía.
  • Y pone fin a 65 años de historia.
  • Ballvé seguirá vinculado al grupo como consejero.
Se acabó. El sábado 1 de julio, Pedro Ballvé (en la imagen) dejó de ser el presidente de Campofrío, empresa que fundó su padre, José Luis, allá por el año 1952. De esta manera, el Consejo de Administración del grupo ha puesto fin a 65 años de historia de una empresa burgalesa de referencia en el sector de la alimentación. Curioso, porque don José Luis, en el lecho de muerte -año 1985-, hizo prometer a sus descendientes que no venderían la empresa. Y sí, es cierto que a finales de 1987, los hermanos Pedro y Fernando recuperaron el 50% que habían vendido a la norteamericana Beatrice Foods en 1978. Eso sí, pagaron un precio elevado -unos 10.000 millones de pesetas-, para lo que tuvieron que pedir un crédito. Un año después, en 1988, la compañía debutó en Bolsa y en 2008 se fusionó con la norteamericana Smithfield Foods. Fue el principio del fin de los Ballvé en Campofrío. En 2014, la cárnica dejó de cotizar en Bolsa y así se culminó el proceso por el que la china Shuanghui, que había comprado Smithfield y la mexicana Sigma se repartieron el control de la empresa. Control que, finalmente, ha recaído íntegramente en los mexicanos tras comprarles el 37% que aún mantenían de la compañía. Muchos cambios que, sin embargo, mantenían una constante: Pedro Ballvé seguía siendo el presidente, aunque su participación apenas superaba el 4,4% del capital. Hasta el sábado 1 de julio en el que ha sido sustituido por Mario Páez, que ya era, desde diciembre de 2015, presidente del Consejo, director general de Sigma Alimentos y vicepresidente de Campofrío Food Group. Ballvé se marcha aunque seguirá vinculado a la empresa como consejero. Adiós a 65 años de historia. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com