“Se trata de unas remuneraciones que no se corresponden en absoluto con la situación económica de nuestro país y menos aún en entidades que están anunciando fuertes recortes de personal y cierre de oficinas”, señaló este miércoles la vicepresidenta de Asuntos Económicos tras la sesión de control al Gobierno, en el Congreso.

A Nadia Calviño le parece excesivo que Gonzalo Gorztázar, CEO de Caixabank, cobrara 2,8 millones de euros en 2020 (un 24% menos que el año anterior) mientras la entidad anuncia, tras la fusión con Bankia, un ERE para 8.291 trabajadores y el cierre de 1.534 oficinas. Por cierto, el Estado tiene un 16% de la entidad.

No es la única, ni mucho menos. El Santander tiene abierto un ERE para 3.572 empleados -1.823 han aceptado voluntariamente acogerse al expediente-, mientras la presidenta del banco, Ana Botín, cobró 8,1 millones de euros en 2020 (un 18,7% menos que en 2019).

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El BBVA, por su parte, prepara un despido colectivo para unos 3.000 trabajadores mientras Carlos Torres ganó algo más de 4 millones de euros en 2020 (un 44% menos que en 2019), y el Sabadell, con un ERE en marcha para 1.800 empleados, pagó 1,4 millones a su exconsejero delegado, Jaime Guardiola, en 2020, un 39,3% menos que en 2019. Y el nuevo Ceo del Sabadell, César González-Bueno cobrará un fijo de 2 millones de euros más un variable que puede alcanzar los 1,2 millones de euros. 

Como ven, no todos los banqueros ganan lo mismo. En lo que sí coincidieron fue en renunciar a una parte considerable de la remuneración durante el primer año de pandemia. A Calviño le parece, en cualquier caso, que ganan demasiado.