El PIB español va a caer un 11 y algo por 100 en 2020, pero lo peor es que no va a subir el 7% en 2021, tal y como ha prometido la vicepresidenta tercera del Gobierno y responsable de Economía, Nadia Calviño. Sus apariciones públicas de la última semana (por ejemplo, en la Jornada de inversores) han sido para llorar.

Pero ojo, doña Nadia, a quien sus enemigos en el Gabinete -casi todos- califican como ‘Doña Nadie’ no soporta a los otros tres vicepresidentes. A Carmen Calvo la considera una ignorante resabiada, a Pablo Iglesias un ser viscoso e ignorante y a Teresa Ribera una fanática con la que no se puede hablar.

Por el momento, habrá que mantener al paciente con anestesia: ertes para siempre y ocultar la necesaria bajada de las pensiones. Y se prevé un 2021 con un paro disparado

En su equipo económico, el que se supone que ella dirige, no soporta a la podemita Yolanda Díaz y no se fía de la titular de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, mientras esperaba algo más de Reyes Maroto. Sabe que José Luis Ábalos es conocido como “Torrente”, y no parece estar muy en desacuerdo con esa definición.

Y fuera de ese recorrido se siente especialmente molesta con Grande-Marlaska y sus poses progres y no se fía ni un pelo de Juan Carlos Campo, titular de Justicia. No tengo ni ida de por qué puede pensar eso.

Recientemente comentaba a una persona de su confianza que le aburren los consejos de ministros por las muchas tonterías que tiene que escuchar.   

Con el único que se entiende, intelectualmente hablando, es con José Luis Escrivá, pero también sabe que sería el ministro que podría sustituirle si el presidente decide prescindir de ella como tanto anhelan todos sus enemigos, que son legión, tanto los podemitas como los socialistas.

En lugar de eternizar los ertes, ¿por qué no eliminar las cuotas sociales y reducir los impuestos? ¿Y el agujero que eso provocaría? Financiarlo con IVA

Ojo, es falso que haya presentado su dimisión. Sería la tercera vez y corre el riesgo de que se la admitan. Eso más bien parece, aunque no lo sé, un rumor surgido de fuentes interesadas.

Pero si el Consejo deprime a la responsable de la economía española… la economía española le deprime mucho más.    

Incapaz de mantener el tipo ante las malas noticias que se le acumulan, y ante un déficit y un endeudamiento disparado, Calviño a duras penas se cree -ella misma- el discurso que repite una y otra vez: ya no promete nada, sólo asegura que ha parado el penalti del Covid y que ahora sólo hay que esperar, aunque no se sepa a qué, que el PIB remonte.

Lo cierto es que Nadia Calviño se ha rendido y ahora ya advierte que la economía española, el paciente, deberá seguir anestesiado por mucho tiempo, Ahora bien, ¿puede mantenerse a una enfermo permanentemente anestesiado? La práctica médica no lo aconseja.

En plata: Calviño está al borde de un ataque de nervios y el gobierno sociopodemita se muestra impotente para activar la economía. He dicho activar. Lo que ha hecho hasta ahora no es más que subsistir subvencionando.

Y así, por el momento, habrá que mantener los ertes, una medida de emergencia, de forma indefinida y ocultar, con trucos, como el de ampliar los años de cotización para determinar la cuantía, la inevitable bajada de las pensiones. De postre, se prevé un 2021 con un desempleo disparado.

Y claro que había alternativas. En lugar de eternizar los ertes, ¿por qué no eliminar las cuotas sociales y reducir los impuestos? ¿Y el agujero que eso provocaría? Financiarlo con IVA.

Mientras, Bruselas le exige más control de las pensiones y menos gasto público recurrente. Algo inadmisible para Podemos… y hasta para los compañeros socialistas de Nadia Calviño.

¿Cuál ha sido el error de Nadia Calviño, ahora en sus momentos más bajos? Se resume en una sola palabra: socialismo. Ante el COVID, lo único que se le ha ocurrido es subvencionar la economía. Con ello ha colocado el déficit público y la deuda pública en niveles estratosféricos. Precisamente porque se trataba de un momento especial, único, Calviño debía haber forzado una reducción drástica del gasto público recurrente y un aumento, con cargo a deuda, de la inversión pública, tanto en infraestructuras como en empresas. Y sí, crear un INI. La misma Calviño que se rasgaba las vestiduras ante el portavoz de Vox, Espinosa de los Monteros, cuándo le acusaba de pretender crear un INI. Pues eso es justamente lo que debería haber hecho ahora, señora vicepresidenta: crear un INI, es decir, puestos de trabajo, y no el Ingreso Mínimo Vital (subvención alimenta-vagos).

Mientras, Bruselas exige más control de las pensiones y menos gasto público recurrente. Algo inadmisible para Podemos… y hasta para el PSOE

Pero se dejó convencer por la pareja de demagogos, Sánchez-Iglesias de que bastaba con llamar inversión pública a lo que no era otra cosa que gasto público mondo y lirondo.

O también, en lugar de eternizar los ertes, ¿por qué no eliminar las cuotas sociales y reducir los impuestos? ¿Y el agujero que eso provocaría? Financiarlo con IVA.

Mientras, Bruselas exige más control de las pensiones y menos gasto público recurrente. Algo inadmisible para Podemos… y hasta para el PSOE.

Y claro, Nadia Calviño se deprime. Bueno. Últimamente ya no se deprime: se cabrea. Pero cada vez está más sola en el Ejecutivo.