Resultados Caixabank referidos al primer semestre del año. El consejero delegado, Gonzalo Gortázar, justifica el descenso del beneficio por el coste de la salida de 2.000 trabajadores. Y así es, porque se ha cargado el coste contra la cuenta de resultados. Ahora bien, con ello la plantilla pasa de 37.000 a 35.000 empleados, la inmensa mayoría de ellos en España y la pregunta se hace obvia: ¿Es el ajuste final de Caixabank? ¿Y del sector?

Y sí, el negocio bancario va a menos y, por tanto, más reducciones de plantilla… y menos rentabilidad

Respuesta de Gortázar: hasta que termine el actual plan de negocio (2022) sí. ¿Y en cuanto al conjunto del sector? Gortázar es sincero: sí, las plantillas bancarias se va a seguir reduciendo, en España y en toda Europa.

Y es que el negocio bancario ha dejado de ser negocio.

No habrá internacionalización de Caixa, pero los dos únicos bancos que se sostienen en bolsa son los dos internacionales: Santander y BBVA

Más: Seguros sigue siendo el gran chollo bancario. Hablamos de un entidad que ha implantado un modelo de negocio que no remunera el pasivo y que trata de tener economías de escala seguidos de todos los demás para tiempos de tipos cero: crecer en nóminas con todo lo que ello conlleva y apurar el negocio bancario gracias a sumas ingentes de nóminas y gestión de fondos.

Así logra mantener Caixabank el tipo de interés y las comisiones, aunque éstas menguantes porque la gente está harta de perder dinero en los fondos y Gortázar ha dado orden de arriesgar un poco más con la renta variable.

Más sobre el negocio: dos terceras partes de las hipotecas se hacen a tipo fijo. Cosas veredes Sancho.

Lo bueno de la cuenta de resultados de Caixabank del primer trimestre: un margen de intermediación típico que aguanta y una morosidad en baja.

Caixabank sale de Repsol: ya no tiene ni una sola acción. Históricamente, hay plusvalía

Más, Caixabank y ya no tienen ninguna acción de Repsol. Y así, bajan los rendimientos de participadas también porque el 48% de su banco en Angola, el BPA, aunque ahora aporte dinero, no deja de ser un lastre del que, de buena gana, Gortázar se libraría mañana mismo.  y también por el Banco de Angola.

Al final, un medio-ERE de 2.000 personas contra el Gobierno. El coste ha sido elevado y la bolsa no lo ha recibido bien. Para ser exactos una caída por encima del 6% cuando el Ibex caía diez veces menos. Insiste Gortázar: “No prevemos otro ajuste en los años 2019 a 2022”. ¿Y después” “confío que tampoco”.

Pero en el sector, “seguirá habiendo ajustes” una cuestión que califica de “inevitable”, por mor del señor Draghi.

Al final, resulta que los cocientes de rentabilidad se desmoronan con unos ratios “bajo presión”. El retorno de la inversión anda por el 9 y será difícil alcanzar el 12% previsto… y el ratio de eficiencia sufrirá más deterioros.

¿Y las fusiones? Para entendernos: la entidad que preside Jordi Gual capitanea la rebelión del sector contra el Banco de España, que insiste en las fusiones nacionales como forma de reducir capacidad instalada: trabajadores y oficinas. Escuchen a Gortázar: “La reducción de márgenes presiona sobre las fusiones corporativas”, pero, ojo, “nosotros hemos elegido otra vía”. Es decir, que habrá fusiones pero que las hagan otros.

¿Y qué pasa con la famosa reputación bancaria?  Pues que no hay que hacer campañas de imagen, hay que trabajar. Algo así como decir que menos pagar asesores relaciones públicas y más ofrecer servicios al ciudadanos, que es lo único que puede cambiar la mala imagen del sector.

Con todo, no habrá internacionalización en Caixabank. Y los dos únicos bancos que se sostienen en bolsa son Santander y BBVA, que en España no son ninguna joya, pero están en el exterior, con otro margen bancario que no tiene nada que ver con el de Eurolandia.

Paréntesis para una curiosidad: alaba Gortázar la creación de la Autoridad Macroprudencial. Y no lo entiendo: todo el mundo sabe que va a ser el enésimo regulador bancario. Pero enseguida lo comprendo o los sospecho: claro, en la sopa de letras regulatoria, cuantos más inspectores haya más se escaquean los inspeccionados.

Cobrar por los depósitos: “no vamos a repercutir costes a los clientes minoristas aunque sí los repercutimos a los grandes clientes”, al igual que otras entidades: “y es lógico que lo hagan y está pasando en otros países”.

En resumen, este negocio ha dejado de ser negocio y el señor Draghi le ha dado la puntilla, pero si la banca se derrumba, también cae el sistema de pagos del país. Algo que no ocurriría, por ejemplo, si cayeran los fondos o la nueva banca digital. Mismamente.