• Es la diferencia entre el precio de la OPA en curso, a pesar de que la ha mejorado un 1,9%.
  • En abril del año pasado ofreció 1,329 euros por acción y ahora 1,134 euros, aunque BPI llegó a pedir 2,4 euros.
  • También las circunstancias han cambiado, sobre todo el riesgo de rescate del sistema financiero luso.
  • Las acciones del BPI sube con fuerza en bolsa: es la reacción al principio de acuerdo con Isabel dos Santos.
El optimismo por el desbloqueo de la situación en el Banco Portugués de Inversiones (BPI), opado por Caixabank, se traslada a la bolsa y el valor sube en torno al 3%. Es la reacción también a que la entidad española ha mejorado la oferta un 1,9%, de 1,113 a 1,134 euros por acción. Con todo, la distancia que separa la segunda OPA, lanzada en febrero de este año, con la anterior, de abril de 2015, marca las diferencias, a favor de Caixabank. La diferencia es de un 16,2%. El precio ofrecido entonces fue de 1,329 euros y la entidad española resistió todas las presiones del Consejo de Administración de BPI para mejorar esa oferta hasta 2,4 euros por título. La OPA ahora no es voluntaria sino obligada. Por eso la mejora de la oferta, que tiene en cuenta la cotización media de las acciones en los seis meses anteriores a la fecha del lanzamiento. Todo ha cambiado desde entonces. No sólo la opción de Caixabank, que se enfrentó con el problema de qué hacer con su participación del 45% si no lograba mandar en la entidad, como consecuencia del rechazo a limitar al 20% los derechos de voto (medida desbloqueada en la junta de ayer). El freno era entonces la empresaria Isabel dos Santos, la segunda accionista (18,6% del capital). Nada invitaba a permanecer en el capital de BPI en junio del año pasado, cuando la junta rechazo el desblindaje, pero eso implicaba a su vez el desafío de cómo salir o encontrar un comprador. Las circunstancias han cambiado también en un año en la banca portuguesa. El sistema financiero de ese país se ha encontrado de lleno con un problema adicional que no tenía -al menos aparentemente, al margen de la delicada situación de Novo Banco-, la necesidad de una urgente inyección de capital, o en palabras menos bonitas, o el lastre de una amenaza de rescate. El gran obstáculo a los planes de Caixabank, en cualquier caso, entonces y ahora, tiene un nombre: la empresaria brasileña Isabel dos Santos, hija del presidente angoleño, Eduardo dos Santos. Fue la artífice del bloqueo de la primera OPA y tendrá que cumplir una serie de pasos para alejar al BPI del Banco de Angola (BFA) para evitar una multa millonaria del BCE. Toca esperar y ver cómo se aclara el desenlace de Isabel dos Santos. Pero con el control de Caixabank en BPI. Rafael Esparza