Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, presentó sus resultados del primer trimestre de 2019. En Valencia, donde la entidad tiene su sede social desde que abandonara -‘motu proprio’- Barcelona. Y algún día, asegura el CEO Gonzalo Gortázar, volverán, pero sólo “cuando se llegue a un acuerdo que sea positivo para Cataluña y para el resto de España”. Largo me lo fiais.

Caixabank va a cumplir 115 años. Es el banco más puro, banca doméstica, en el sentido de que es el mejor elemento del sistema de pagos del país: tiene un 26,9% de nóminas, la mayor red de sucursales de España, es líder en fondos de inversión, de pensiones y seguros de vida y vida-riesgo. Su modelo de supervivencia en tiempos de tipos negativos se ha impuesto como modelo de referencia, imitado por los más grandes y los más pequeños: depósitos no remunerados y ganancia a la ‘islámica’ es decir, ganando más comisiones que por ahorros El que quiere ganar dinero a los fondos de inversión, donde el gestor siempre gana y el cliente algunas veces. Un detalle, de ser banco líder en hipotecas Caixabank decrece sólo en un punto de su activo: las hipotecas.

Sencillamente, con tipos negativos el negocio bancario deja de ser negocio

¿Dónde está el peligro? En que es un banco español, demasiado español. Mejor, sólo es español y portugués. Y los márgenes en España están por los suelos.

Y todo esto, ¿los resultados del primer trimestre son buenos? Si en cuanto el margen de intereses y las comisiones. Ahora bien, los cocientes de rentabilidad, tanto medidos sobre fondos propios como sobre activos, caen. Y el ratio de eficiencia, sube. Gortázar se defiende asegurando que, por un montón de razones, se trata de un descenso coyuntural. No digo que no, pero la foto fija a 31 de marzo comparada con el 31 de marzo de 2018, no es buena. Y estamos hablando de la liebre del sector, al menos en lo que respecta a banca al por menor, es decir, a la principal función social de la banca: sistema de pagos del país y motor de familias y pymes.

Y cuando el modelo renquea, es porque el negocio bancario es cada día más difícil, gracias a la política monetarista que recorre el mundo. Y eso nos lleva a la necesidad de cobrar más comisiones. Aunque Gortázar asegura que no: que si aumentas el número de clientes, aunque la rentabilidad por cliente caiga en picado, puedes mantener el margen. Veremos.

Más sobre Caixabank. Ya cuenta con 286 oficinas ‘store’ (12 empleados frente a cuatro). Mejor servicio, pero más lejos de casa. Es sobre todo para zonas urbanas. Tiene 6,1 millones de clientes digitales, pero a esa cifra hay que mirarle las tripas. Al final, lo que Caixabank pretende es cuadrar el círculo: muchas oficinas, pero con empleados que saben desdoblarse: trabajan cara a cara y trabajan con la tableta. Tiene el 22% en fondos de inversión y de pensiones y su líder en seguros de vida riesgo y de no vida, VidaCaixa, alcanza una cuota de mercado del 12,8% de su sector y habría que sumar los seguros sanitarios de Adeslas, aunque aquí la mayoría la tiene Mutua.

Cuando menos, hay que ir a la banca ‘islámica’: cambiar el interés por las comisiones

Caixabank 1.100 oficinas rurales, el que más de todos. Y en microcrédito, con importes medios de 5.000 euros, han creado 200.000 puestos de trabajo. Y lanzado 21.000 viviendas sociales.

Ahora bien, el crédito no crece en España. En concreto, crece el 0,1% -un miseria- mientras el crédito en Caixabank crece un 0,9%, aunque el crédito hipotecario cae un 0,6%. El español está escarmentado y no pide hipotecas, salvo que lo tenga muy claro.

Caixabank está metida en un proceso de reducción de plantilla. El ratio de eficiencia empeora (es decir, sube) porque aumentan los gastos a los incrementos salariales y a la trasformación de la red (suben un 4,7%). Es por apostar por una red diferente. La negociación laboral actual forma parte del ratio de eficiencia.

Pero el CEO Gortázar está hablando dos días después de las elecciones del 28-A.

Demasiado parco, no valora los resultados, pero sí recuerda que los bancos buenos no han costado dinero al Estado y han ayudado a la banca mala. Por tanto, señor Sánchez: no más impuestos bancarios.

Desde el punto de vista de la política económica, Gortázar le recuerda al nuevo Gobierno socialista que hay que mantener la disciplina presupuestaria: cinco años de fuerte crecimiento económico y resulta que el déficit público aún es elevado.

Y otro consejo más para el nuevo ejecutivo: las pensiones y la demografía tienen que volver al consenso político, al igual que la educación. Y también la reeducación de adultos de cara a los cambios tecnológicos. Como si a Pedro Sánchez le importara algo el consenso.

Mientras tanto, dedicarse a la banca islámica: nada de cobrar intereses (usura) que lo prohíbe el Corán: sólo comisiones.