El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, no ha permitido votar -por segunda vez, pues el sábado ya fue vetado por la cámara- el acuerdo de Boris Johnson con Bruselas para la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) el 31 de octubre.

Ahora, quedan dos opciones: retraso hasta el 31 de enero o un brexit duro

Ahora quedan dos opciones: una nueva prórroga hasta el 31 de enero, que Bruselas deberá aceptar, o un brexit duro.

Mientras, el laborista Jeremy Corbyn se suma a muchos británicos que piden un segundo referéndum mientras Nigel Farage solicita elecciones

Los británicos están hastiados del brexit pero los europeos mucho más. Y el asunto está calando en la sociedad británica, especialmente en lo que no es Londres. En el mundo rural el europeo se ha convertido en el enemigo y no se saluda al extranjero, especialmente al europeo, y ha resurgido la nostalgia imperial. Vamos, que se trata mejor al indio o paquistaní que el alemán, italiano o francés.

En Reino Unido vuelve a surgir la opinión de un segundo referéndum que salve la permanencia. Ahora bien, ¿qué ocurre si también se pierde el segundo referéndum, algo que bien podía ocurrir?

En la Gran Bretaña rural ha resurgido la nostalgia imperial: se trata mejor al indio o paquistaní que al francés o alemán o español

Lo que está claro es que Londres cada vez se distancia más del resto de Gran Bretaña. En todos los aspectos.