Las cosas se ponen cada vez peor para el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. El pasado 24 de enero fue condenado por un tribunal a 12 años y un mes de prisión por corrupción. Y este lunes, una corte de apelación rechazó las apelaciones de procedimiento finales presentadas por sus abogados contra una condena por corrupción, lo que aumenta la probabilidad de que sea encarcelado pronto, informa Reuters.

Una vez se ha pronunciado este tribunal, solo queda pendiente un último paso para la entrada del exmandatario en la cárcel. En concreto, su entrada en prisión queda pendiente del pronunciamiento del Tribunal Supremo Federal el próximo 4 de abril sobre el 'habeas corpus' que su defensa también ha presentado.

Es decir, que Lula no será apresado hasta que el Supremo Tribunal Federal decida el 4 de abril si acepta su pedido de que se le permita agotar el proceso de apelación antes de ir a la cárcel.

El tribunal decidió en 2016 que los acusados deben comenzar a cumplir con sus sentencias de prisión después de que el fallo se mantenga tras una primera apelación. Pero varios miembros de la corte están presionando para que se revise la decisión.

Lula sigue siendo el político más popular en Brasil y quiere volver a ser presidente. Aun si no termina en la cárcel, el exlíder sindical no puede presentarse para cargos públicos tras ser condenado por recibir como soborno un departamento en una zona turística de manos de un empresario que había ganado contratos con el Estado durante su mandato.

En enero, la corte de apelaciones de Porto Alegre mantuvo el fallo contra Lula e incrementó su sentencia a más de 12 años. Pese a ese fallo y a que el expresidente se enfrenta a otros seis juicios por corrupción, sigue liderando las encuestas para la elección del 7 de octubre.

Sus partidarios señalan que es perseguido por razones políticas.