El primer ministro del Reino Unido Boris Johnson regresaba a su país a primera hora del miércoles después de que el Tribunal Supremo británico dictaminara que la suspensión del Parlamento por el primer ministro fue ilegal y por lo tanto la declaró nula y sin efectos, recoge Reuters.

Tras el anuncio del fallo, Johnson se mostró combativo al decir a los periodistas en Nueva York que no estaba de acuerdo con la decisión de los jueces, quejándose de que había mucha gente tratando de frustrar el Brexit en contra de la voluntad del pueblo.

Cada vez más voces piden su cabeza. El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, así como otros partidos de la oposición, han pedido hoy su dimisión y la celebración de elecciones anticipadas tan pronto como quede descartada de facto una salida sin acuerdo con Bruselas, añade RTVE.

Corbyn también ha pedido a Johnson que se disculpe ante los británicos y ante la soberana, por solicitarle -cumpliendo con el protocolo-, su sanción para una cuestión que se ha demostrado que era ilegal.

El presidente de la Cámara Baja, John Bercow, señaló que, para reflejar el fallo judicial, en el boletín parlamentario constará que las sesiones fueron "aplazadas" desde el 10 septiembre hasta hoy y no suspendidas.

Al inicio de la sesión de este miércoles ha comparecido ante los diputados el abogado del Estado, Geoffrey Cox, quien defendió que el Gobierno conservador actuó "de buena fe" al decretar la suspensión de las cámaras en vísperas del Brexit, previsto para el 31 de octubre.