Los planes del fondo americano Blackstone no se detienen en la compra de Cirsa y la posterior fusión con Codere, los dos grandes emblemas del sector del juego y ocio. Hay un paso más, pendiente, que es hacerse también con la coruñesa Egasa, o Grupo Luckia desde 2016. La suma de los tres, en fin, para crear el gigante hispanoamericano del sector, según fuentes consultadas por Hispanidad. Esos son los planes, ojo, otra cosa es que lleguen a buen puerto. 

Cirsa y Codere tienen una amplia presencia en esa región y también, aunque menor, Luckia, menos conocida -tal vez porque se mueve entre dos colosos- pero está en pleno proceso de crecimiento, en España y países suramericanos como Chile, Perú, Colombia. La actividad en los tres casos es la misma: el negocio del juego (casinos, máquinas, apuestas online, bingos, salones…), hostelería y promoción inmobiliaria.

Egasa o Luckia pertenece a José González Fuentes, una de las fortunas gallegas, y está entre los dos colosos, Cirsa y Codere

Blackstone juega así sus cartas, del mismo modo que otros fondos de capital riesgo, como el británico CVC o los americanos Advent International y Apollo. Este último precisamente perdió la partida frente a Blackstone, al comprar Cirsa al empresario andaluz Manuel Lao, un histórico del sector.

Lao, acorralado por la deuda (950 millones y con etiqueta de riesgo elevado), llegó a un acuerdo de venta con el fondo por unos 2.000 millones, deuda incluida. La cifra exacta es imposible de saber; este tipo de fondos son así y se prestan. Mantuvo, no obstante, su negocio en Argentina, la joya de la corona, que ahora también lo quiere vender. ¡Qué cosas!

Las cosas en Argentina, dicho sea, ya no son como eran -por los problemas derivados de su crisis financiera, con riesgos elevados en el tipo de cambio de la moneda- y también por las dificultades crecientes para encontrar refugio al dinero que genera el juego.

Manuel Lao quiere alejar a su familia del juego y hacerse honrado: también ha puesto en venta su negocio en Argentina

Conocido es, por ejemplo, el barco-casino de Buenos Aires en Puerto Madero, que avanza hacia aguas internacionales para las timbas (opacas al fisco), pero tiene que regresar a costa después con la carga jugada, lo que no crea pocos problemas con Hacienda. Los socios de Cirsa en aquel país, por cierto, han tenido su espacio de gloria en los papeles de Panamá, del mismo modo que la policía vigila a todos.

Con Manuel Lao, en suma, se esfuma, decía, un histórico del sector, que quiere alejar a su familia de juego y hacerse honrado, como quien dice. No quiere que su hijo le recuerde cosas ingratas. Pero no es el único, aunque por distintos motivos. También han caído, pero en desgracia, los Martínez Sampedro (José Antonio y Luis), fundadores de Codere. El proceso de reestructuración financiera se los ha llevado por delante. A la guerra interminable con los bonistas, que se quedaron con la empresa tras el rescate de 2014-2015, se unió la puntilla por parte de los fondos, en enero.

Nada que ver, por tanto, con la venta de Lao de Cirsa, que encargó a la gestora Lazard y optó por la mejor oferta. Los Sampedro, colegas de la familia Franco (Recreativos Franco) en 1980 cuando fundaron Codere, fueron apartados de la gestión por los fondos americanos, que se impusieron en el Consejo de Administración, liderados por otro fondo buitre, Silver Point (con el 22% del 40% del capital). Así despojaron de la presidencia a José Antonio y de la vicepresidencia a Luis.

El siguiente paso de Blackstone está en la fusión de Cirsa con Codere, de acuerdo con los planes sellados con Silver Point, pero no confirmados ni desmentidos por ninguno de los dos. Es negocio es el negocio. Blackstone, de momento, ha colocado como presidente de Cirsa a Joaquim Agut. Llegó a la compañía, como director general, en 2006, tras su etapa en como presidente de Terra -un fiasco de la aventura punto.com de Telefónica- y después como consejero delegado de la productora Endemol.

Con los cambios en la industria del juego, tras la entrada de los fondos, se han esfumado los históricos, Lao o los Martínez Sampedro

Y Codere está también bajo control (no gestión) de Blackstone por su acuerdo con Silver Point. Precisamente fue la razón esgrimida por los Sampedro que quieren evitar esa fusión. Su intención es dar la vuelta a Consejo que acabó con su mandato en Codere mediante un recurso al arbitraje, en concreto a través de la Cámara Internacional de Arbitraje de París.

La operación en mente de Blackstone va más allá y se completaría con la absorción de la gallega Luckia, de José González Fuentes, una de las fortunas de esa comunidad autónoma. Luckia está ahora en su gran salto adelante para aumentar tamaño. Las conversaciones y negociación serán duras. Ni han empezado. En esa apuesta esta también el negocio digital, que ha trasformado el negocio tradicional de máquinas, bingos o casinos, determinante pero alterado.  

Egasa, ahora Luckia, nació en 1972 con la gestión de gramolas y máquinas recreativas y desde entonces no ha dejado de crecer en la industria del juego, hoteles y hostelería. Además de en España y las países suramericanos filiales en Chile, Perú y Colombia, está presente también en Portugal, Croacia y Malta, y prevé elevar su presencia cuatro países más en 2021.