• Es lo más parecido a la "burbuja de los tulipanes en la Holanda en el siglo XVII", dice el Banco de Dinamarca.
  • "Las criptomonedas no las emite ningún gobierno ni las respalda ningún activo", recuerda el banco central de Singapur.
  • La Comisión Europea se une al clamor y pide las agencias de supervisión europeas que alerten a los inversores.
  • Cualquier moneda virtual es especulación pura y dura: Se puede perder todo sin derecho a reclamar nada.
  • Por eso su cotización es una anécdota, a un precio u otro, toque máximos o se desplome.
  • Pero, sorprendentemente, hay empresas que barajan pagar una parte de la nómina en bitcoins.
Que el bitcoin, como otras criptomonedas sin la misma fama, es especulación pura y dura, no es una novedad. No es divisa y nada respalda su valor, lo cual dicho de modo muy rápido implica un riesgo: perderlo todo, como en un casino. Sí es una novedad, en cambio, que los reguladores financieros empiecen a alertar de los riesgos, como ya han hecho la Autoridad Monetaria de Singapur o el Banco Central de Dinamarca. A ese clamor se ha unido también la Comisión Europea, que ha optado, este miércoles, por lanzar un aviso a través del vicepresidente responsable del Euro y la Estabilidad Financiera, Valdis Dombrovskis. Con todo, hay empresas, como la japonesa GMO Internet, que barajan pagar una parte de la nómina en bitcoins, como informaba recientemente The Guardian, algo que pone los pelos como escarpias ante sucesos como la quiebra de la surcoreana  Youbit, una de la plataformas de negociación de criptomonedas. En la madrugada del martes fue hackeada, le robaron el 17% de sus activos y no podrá devolver a sus clientes el 75% de su inversión. Ahora quiere acogerse a la protección por bancarrota. Todo parece un sarcasmo, en fin, pero es lo que hay sobre un mercado que sí, existe (como el de las tragaperras), pero no tiene ningún valor más allá de ser sólo un medio de pago para quien quiera perpetrar con él. En otras palabras, no es posible reclamar a ningún Estado nada porque ningún Estado lo reconoce. Es una anécdota, por tanto, que cotice a un precio u otro, que toque máximos o se desplome. En el entretanto llegan las advertencias y no es para menos, a tenor del interés que despierta, entre especuladores naturalmente. Es lo que ha llevado a la Autoridad Monetaria de Singapur a recordar eso mismo en un comunicado: ojo, que "las criptomonedas no son de curso legal. No son emitidas por ningún gobierno y no están respaldados por ningún activo o emisor". Y a partir de ahí, cuidadín con el riesgo elevado por una probable caída de los precios y la pérdida de todo lo invertido. En el mismo sentido, el banco central danés ha señalado, gráficamente, que las inversiones en bitcoins "son mortales". La advertencia la ha lanzado el propio gobernador, Lars Rohde. La razón también se repite: el bitcoin escapa de cualquier control porque no cotiza en ningún mercado regulado. Es lo más parecido, señaló a televisión, que la "burbuja de los tulipanes en la Holanda en el siglo XVII". Léase: ni se les ocurra reclamar por daños y perjuicios. A la lista de los mensaje de alerta se ha unido también la Comisión Europea para decir lo mismo que los anteriores: el riesgo real de perder todo el dinero invertido. Por ese motivo ha pedido a las agencias de supervisión europeas que avisen a su vez a los inversores. En palabras de Valdis Dombrovskis, los riesgos son "claros" y se derivan de volatilidad de precios, las quiebras operativas y de seguridad o la manipulación de mercado. No hay garantías sobre nada y lo mismo puede subir a la nubes que derrapar estrepitosamente, Rafael Esparza