“Debemos recordar que toda deuda es crédito. Si cancelamos una deuda, cancelamos el crédito correspondiente y esto podría tener consecuencias desestabilizadoras más amplias. Solo el crecimiento puede protegernos de las deudas”, ha afirmado este viernes Fabio Panetta, representante italiano en el BCE.

La propuesta la lanzó el miércoles su compatriota Riccardo Fraccaro, subsecretario del gabinete del gobierno italiano y el asesor más cercano de Guiseppe Conte. “La política monetaria debe apoyar las políticas fiscales expansivas de los estados miembros en todas las formas posibles”, incluido “cancelar los bonos soberanos comprados durnate la pandemia o extender perpetuamente su vencimiento”, indicó.

Pues va a ser que no, al menos de momento. Ahora bien, el problema no es el covid sino la irresponsabilidad de los políticos que continúan aumentando el gasto aunque disminuyan los ingresos. Y eso no es de ahora, sino que viene de lejos. Así, la deuda pública italiana alcanza ya el 150% del PIB, la francesa llegará al 119,8% a finales de año y la española ya se sitúa en el 114% del PIB, y subiendo.

Y las deudas, ojo, no sólo los intereses, sino el capital, hay que pagarlas. Si no somos nosotros, serán nuestros hijos o nuestros nietos. Y sí, eso significa que su nivel económico será aún peor que el nuestro. ¿Estado del bienestar? Llámenlo más bien Estado del malestar.