• La entidad financiera no quería deshacerse de su participación a cualquier precio.
  • Y aunque no han trascendido las cifras, el sector da por hecho que ha sido una venta a pérdida.
  • En 2006, BBVA y Ortega pagaron 706 millones de euros –deuda incluida de 230 millones- por la cadena hotelera.
  • Barceló estuvo a punto de comprar Occidental Hoteles en diciembre de 2014, pero las negociaciones se rompieron en el último momento.
El día de hoy, martes 16 de junio de 2015, quedará marcado como fecha importante en el calendario de la familia Barceló. Y es que, después de meses de duras negociaciones, ha logrado hacerse con el control absoluto de Occidental Hoteles, después de comprarle a BBVA el 57,7% que tenía de la cadena hotelera. Así es. Finalmente, el banco que preside Francisco González ha vendido su participación un mes y medio después que el resto de accionistas, liderados por Amancio Ortega. Ni entonces ni ahora han trascendido las cifras de la operación, aunque en el sector se da por hecho que los vendedores han tenido que rebajar significativamente sus aspiraciones. La historia se remonta a 2006, cuando BBVA (57,7%), Ortega (23,6%), Tamar International (13,5%) e Iosa Inmuebles -familia Miarnau- (5,2%) compraron la cadena hotelera a Mercapital y a La Caixa, por 706 millones de euros, deuda de 229,5 millones incluida. El plan consistía en invertir hasta 340 millones para convertirla en líder mundial de hoteles vacacionales. Pero entonces estalló la crisis y el plan se suspendió. Así pasaron los años en los que poco a poco, Occidental Hoteles se convirtió en una losa para sus dueños que, no obstante, lograron refinanciar la deuda en 2013. Pero la situación era insostenible, y en 2014 –mes de febrero- decidieron colgar el cartel de 'se vende'. Fue entonces cuando apareció Barceló que, junto al fondo Caribbean Property Group (CPG), realizó una oferta por la totalidad de Occidental Hoteles. Sin embargo, después de meses de reuniones, no llegaron a ningún acuerdo y en diciembre se rompieron las negociaciones. Según argumentaron fuentes del sector, tanto BBVA como Ortega pretendían recuperar lo invertido, algo imposible si aceptaban las ofertas recibidas, que eran hasta un 50% inferiores a lo exigido. Aunque en ese momento no lograron vender, surgieron diferencias entre BBVA y Ortega. Y es que el empresario gallego era partidario de vender su participación cuanto antes, mientras que la entidad financiera no estaba dispuesta a hacerlo por debajo de un determinado precio. Así las cosas, a principios de mayo, Ortega y el resto de accionistas minoritarios cerraron la venta de su 42,5% a la familia Barceló. Al grupo copresidido por Simón Barceló Tous y Simón Pedro Barceló Vadell (en la imagen, de izquierda a derecha) sólo les quedaba pendiente el 57,7% que permanecía en manos de BBVA. Hasta este martes. Con la operación, que está pendiente del visto bueno de las autoridades de Competencia de México –en unos tres meses dará a conocer su parecer- Barceló se convierte en uno de los grupos vacacionales con más presencia en Hispanoamérica. Y lo hace en un momento en el que sus cuentas auguran un futuro prometedor. El grupo cerró 2014 con una deuda financiera de 717 millones de euros, la más baja de los últimos años. La facturación aumentó un 6,3% y el beneficio fue de 46 millones de euros, el doble que un año antes. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com