Como decíamos ayer, el Gobierno ha presionado a Francisco González para que propicie una fusión con Bankia. Pero el presidente del BBVA ha sido tajante desde el primer momento: la fusión no sucederá bajo ningún concepto. Bueno, sí había una posibilidad: que FG permaneciera como presidente del banco resultante.

Pero eso no ha sido posible. Los intentos de FG han sido inútiles, primero con el BCE, que no ha admitido una tercera prórroga de su mandato que finaliza en octubre de 2019, cuando cumplirá 75 años. Y tampoco ha logrado el favor del Gobierno para que Luis de Guindos, y ahora Román Escolano, presionaran a Draghi para que cediera.

Todos los intentos de FG por alargar una vez más su estancia en el BBVA han fracasado. Y ahora, ante las presiones del Ejecutivo, está dispuesto a acelerar su sucesión. ¿Queréis que me fusione con Bankia y que esa sea mi despedida? ¿‘Entregar’ el banco a José Ignacio Goirigolzarri? Ni hablar. Es más, me marcho antes de tiempo y le paso la patata caliente a mi sucesor.

Dos opciones tras la salida de González: un presidente ejecutivo (Torres Vila), o un Ceo (Torres) y un Chairman (González-Páramo o Caruana)

Dicho y hecho. FG se dispone a cumplir su amenaza. Dos opciones: un presidente ejecutivo con todos los poderes o un Chairman sin poder ejecutivo y un Ceo que lleve las riendas de la entidad. Huelga decir que al BCE le gusta más el segundo modelo, el mismo que ha seguido, por ejemplo Caixabank.

Así las cosas, para el puesto de presidente ejecutivo, el mejor colocado es el actual número dos, Carlos Torres Vila. No por nada, sino porque es el que toca. Si la opción es la de Chairman, los candidatos son José Manuel González-Páramo y Jaime Caruana. El Ceo sería, en cualquier caso, Torres Vila.