• Es decir, que no retrase de nuevo su edad de retiro.
  • Esto es: que no modifique otra vez los estatutos: eso significa que le quedan dos años y medio de mandato.
  • Las malas relaciones vienen desde la salida de Ángel Cano.
  • En otras palabras, el BCE critica el presidencialismo de González.
  • Y de rebote, salva al Ceo Carlos Torres. Al menos, por el momento.
La orden del Banco Central Europeo a Francisco González, presidente del BBVA, es clara: a los 75 años debe marcharse a casa… jubilarse… abandonar la Presidencia del BBVA… ir a regar el jardín. Naturalmente, los cabezas de huevo de Francfort no dan las órdenes de esta manera. El desencuentro comenzó con la salida de Ángel Cano, dos años atrás. En Francfort no gusta el presidencialismo, sino el modelo norteamericano de 'chairman' y Ceo. Ya saben: el Ceo lo manda todo y el 'chairman' sólo tiene una palanca de poder: despedir al Ceo. En un sistema presidencialista, como el español, el jefe es el presidente, manda en el día a día y nombra a sus segundos según le parezca. Pero en Francfort eso de que un señor de setenta despida a uno de cincuenta y pocos, aunque sea con 26 millones de euros para comprar su silencio (Cano), no acaban de verlo con buenos ojos. Y eso de cambiar de consejero delegado, como hizo con el exitoso Goirigolzarri, tampoco. Pero lo de Cano fue la gota que colmó el vaso. Y encima, el bueno de FG ya había modificado los estatutos internos dos veces, con el fin de ampliar la edad de jubilación. El fallecido Emilio Botín fue más claro: suprimió la edad límite y a correr. En el BBVA, por decisión de FG, los presidentes deben marcharse a los 75 años de edad. Ahora mismo tiene 72 y medio (nació en Chantada, provincia de Lugo, un 19 de octubre de 1944). Lo que le ha dicho el Banco Central Europeo (BCE) es que no va a consentir nuevos retrasos. En otras palabras, si no se va en dos años y medio se enfrentará las iras del BCE, algo poco aconsejable. Y a todo esto, ¿FG hace caso? Pues no parece. Como informamos recientemente, incluso ha contratado a un despacho de abogados (también lobby) porque quiere quedarse otros dos años más, hasta los 77, es decir, hasta 2022. No parece que el BCE vaya a aceptárselo. Y, de postre, el BCE ha salvado a Carlos Torres Vila, el Ceo de la era digital, que, como todo el mundo sabe, comenzó al finalizar la II Guerra Mundial. Y es que, a la postre, hablamos de una contradicción, la contradicción FG: por un lado, habla de un nuevo banco, el banco digital, por otra pretende comprar bancos 'antiguos', presenciales. Por ejemplo, el banco Popular o bancos en México, que es lo que le proporciona dinero. Eulogio López eulogio@hispanidad.com