La campaña para las elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid está llegando a su fin.

Y, como hemos explicado muchas veces, el humor es lo que nos salva a los españoles y es el perfecto antídoto para los dramatismos y sobreactuaciones en que determinados políticos nos quieren meter para excitar las emociones y no votar con racionalidad (al final volveremos a esto).

Así las cosas, cuando todas las encuestas iban fatal para el comunista Pablo Iglesias, de repente este denunció unas supuestas balas que había recibido en un sobre, en su casa, balas que también recibieron el ministro del Interior Grande-Marlaska y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, esa que hace exquisita gala de su neutralidad participando en mítines del PSOE.

Las supuestas balas motivaron sobreactuaciones como la del propio Iglesias en el debate en la SER, como la de la número 2 del PSOE Adriana Lastra, al grito de "no pasarán", haciendo el ridículo más espantoso. O como la del número 1 del PSOE, Pedro Sánchez, con otro ridículo al grito de: «Vox cruzó el viernes una línea roja y será la última que cruce».

Díaz Ayuso ha pedido que a estos chalados de las cartas-bala, no se les dé protagonismo... justo lo que han hecho PSOE y Podemos

Pero es que, al día siguiente, la ministra Reyes Maroto recibía una carta con una navaja, al parecer ensangrentada. Luego se ha sabido que la tal navaja se la envió a Maroto una persona que padece una enfermedad mental (esquizofrenia) y que ha enviado cartas similares, por ejemplo, al mismísimo presidente turco Erdogan. Es decir, un fascista de tomo y lomo.

Y también se ha sabido que la supuesta sangre de la navaja, en realidad no era sangre, sino pintura.

En el colmo del esperpento, el diario Público atribuyó una supuesta relación del portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, con esa persona enferma mental que había enviado la navaja a Maroto. Es decir, que según Público, un tío del esquizofrénico está casado con una prima del padre de Iván Espinosa de los Monteros.

Una estrechísima relación que, por supuesto, Espinosa de los Monteros ha negado cachondeándose, por boca de Darth Vader, en este tuit:

Y para colmo, a la extrema izquierda se le cae el discurso victimista de ‘que viene el fascismo’ cuando se ha sabido que la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, también ha recibido una carta con balas. Hecho al que la propia Díaz Ayuso, con gran sentido de la realidad, no ha querido dar mayor importancia…

Penúltima hora sobre terrorismo fascista: Rodríguez Zapatero también. 

Lo dicho: menos mal que los españoles nos tomamos todo esto a cachondeo (en Hispanidad hemos ido recogiendo los memes) y no entramos en el juego de la sobreactuación, que sólo busca excitar las emociones, algo, por cierto, muy de Iván Redondo (el gurú estratega de Pedro Sánchez), tal y como recoge en este vídeo el consultor de comunicación Jesús Arroyo.

Lo dicho: el pitorreo continúa.  Pero eso sí, pitorreo ciudadano. Los políticos de izquierda, como Pablo Iglesias, Adriana Lastra, Mónica García o el propio Pedro Sánchez continúan rasgándose las vestiduras. Ya no saben cómo parar pero el ridículo crece. Por contra, Díaz ayuso ha vuelto a dar otra muestra de sensatez, cuando ha pedido que a estos chalados, o bromistas pesaditos, no se les dé protagonismo. Justo lo que han hecho PSOE y Podemos.