• El expresidente se postula para sustituir a Pedro Sánchez.
  • Y ojo, Rubalcaba, que siempre ha despreciado a Sánchez, apoya la conjura zapatista.
  • El ataque se plantea como un ultimátum al secretario general: o permite un Gobierno de Rajoy sin aspavientos o crearán una gestora.
  • Eduardo Madina también está muy activo, y Alfonso Guerra ofrece su ayuda.
  • No así Felipe González, quien sigue apostando por Susana Díaz.
  • Y es que últimamente, González ha descubierto los negocios.
  • Lo más importante. No olvidemos que, en cuestión de principios (principios morales, se entiende), el más ultra y venenoso es… ZP.
La victoria tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana. Y encima impotente, porque no tiene descendencia. El PSOE anda en guerra civil de todos contra todos. Pedro Sánchez ha decidido desistir rodeado de sus fieles bajo la misma premisa: no tenemos nada que perder. A lo mejor sí. Un grupo de conspicuos conspiradores se reúnen habitualmente para derrocar a Sánchez. Lo más curioso es que, enardecido por sus 'éxitos' diplomáticos en Venezuela (bueno, se esperan en cualquier momento), el expresidente Rodríguez Zapatero se postula para regresar, sustituir a Sánchez y poner orden en el partido. Maduro le ha hecho madurar y está crecido. Junto a  ZP, apunten esos nombres: Alfredo Pérez Rubalcaba, Eduardo Madina, con Alfonso Guerra al fondo dispuesto a ayudar. Rubalcaba siempre ha defendido aquello de "no es cierro que a Pedro Sánchez le falte un hervor", que hay que tener mala uva. Enrique Madina quiere regresar al proscenio y con él los ex ministros de ZP. Por ejemplo, otro de los que participan en la conspiración es Miguel Sebastián. Pues bien, los conjurados han planteado un ultimátum a Sánchez. O permite investir, que no gobernar a Rajoy, y pasa a la oposición sin aspavientos o forman una gestora… presidida por ZP. Curiosamente, en esa conjura no está Felipe González. Y es que a González empieza gustarle el 'business' y, en cualquier caso, continúa apostando por Susana Díaz como salida a la guerra interna del PSOE y a su necesaria recuperación electoral. Todo hace presagiar que Sánchez salvará su cabeza a cosa de abstenerse en una investidura que intentará retrasar el mayor tiempo posible. Ahora bien, ojo con Rajoy, que está muy crecido y puede dar un paso al frente: no sólo quiere investidura, quiere un acuerdo de Gobierno. Gobierno de coalición sobre asuntos preferentes. Y lo peor del regreso de Zapatero es que, en materia de principios, es decir, de principios morales, que no hay otros, el socialista es el más ultra, más radical, más peligroso, más venenoso y más cristófobo de todos. Y ese hombre de mirada infantiloide y ojitos de Bambi se llama José Luis Rodríguez Zapatero. Eulogio López eulogio@hispanidad.com