Mientras el Pleno del Congreso ha votado este miércoles la quinta prórroga de estado de alarma (hasta el 7 de junio), los hosteleros españoles están comprobando que el plan de desescalada del Gobierno es un auténtico desastre. Y no por las continuas meteduras de pata de ministros como Alberto Garzón -“España es un país que se ha especializado en sectores de bajo valor añadido, tales como la hostelería y el turismo”, afirmó en el Congreso hace una semana-, o María Jesús Montero -“contamos con uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo”, dijo para animar a los extranjeros a venir-, sino porque el confinamiento decretado por el .Ejecutivo, y que va camino del tercer mes, se ha cargado la demanda.

La voz de alarma la ha dado la propia patronal, Hostelería de España: las pocas terrazas que abrieron en la Fase 1, “han registrado unas cifras de facturación realmente bajas, lo que hace imposible mantener sus negocios”. Estamos ante una crisis histórica de demanda, mucho más grave que las habituales crisis de oferta. Es decir, los hosteleros de nuestro país no logran hacer negocio, no porque gestionen mal o porque la competencia lo haga mejor, sino porque no hay demanda, no hay clientes.

Estamos hablando del principal sector económico de España -supone el 12,3% del PIB-, que da empleo a 2,7 millones de personas (el 13,5% del empleo total de nuestro país), cuyo 63% (1,7 millones) corresponde a empleados del sector de la hostelería, esto es, a restaurantes, bares, cafeterías y pubs.

Y por si todavía quedaba alguna duda, la patronal nos recuerda que España es el segundo país en recepción de turistas, sólo por detrás de Francia, con 83,7 millones de visitantes en 2019. Además, es el segundo país con mayores ingresos por turismo, sólo por detrás de EEUU.

El Gobierno debe tomar cartas en el asunto y permitir, por ejemplo, que los hosteleros puedan levantar el ERTE de manera parcial y escalonada, es decir, poder ir incorporando a los empleados a medida que vaya aumentando la demanda. Actualmente es imposible, porque si levanta el ERTE debe hacerlo en su totalidad manifiesta, aunque no tenga trabajo para todos los empleados.

Tampoco los criterios de la Fase 2 convencen al sector hostelero: “Consideramos que este aforo es insuficiente (40% para consumo en interior de local, sentado en mesa o reagrupaciones de mesas, salvo discotecas y bares de ocio nocturno) y que, atendiendo a las recomendaciones sanitaras, el criterio que debería imperar es el de la distancia de seguridad, no el aforo, tal y como sucede en otros países, como en Alemania”, asegura la patronal.

Por cierto, olvídense del metacrilato en bares y restaurantes. ¿Quién iría para comer y hablar a través de una mampara?