• La excusa es el saneamiento de la entidad, mejor 'vestida' para la privatización, pero se vende con pérdidas.
  • La entidad se deshechó así de carteras de sumas importantes de deuda a particulares y a empresas.
  • Y también ha vendido carteras hipotecarias cuyos colaterales eran activos hoteleros.
  • Con el 'proyecto Amazona' se deshizo de unos 30 hoteles y ahora, con el 'proyecto Castle', de otros 50.
¿A qué se va a dedicar Bankia? Parece una pregunta razonable para buscar razones a la política de su presidente, José Ignacio Goirigolzarri (en la imagen, de deshacerse de carteras de deuda (de créditos al consumo, financiación de empresas o préstamos respaldados con activos). El Economista publica este viernes que la entidad podrá a la venta una cartera de deuda por valor de 400 millones. Se trata dela proyecto Castle, compuesto por créditos respaldados por 50 activos hoteleros. Pero no es única operación en ese sentido. En septiembre también anunció la venta de dos carteras de créditos a inversores institucionales y entidades financieras por importe de 895 millones de euros (318 millones de créditos al consumo a particulares y 577 millones de préstamos a empresas). Y en octubre otra cartera de créditos morosos de 335 millones de euros. Si a esas cifras sumamos la venta de otra cartera de deuda de 303 millones en el primer semestre, nos vemos con una suma de casi 2.000 millones en 'saneamiento' de su cartera crediticia. En todos los casos intención es la misma: reducir el saldo de dudosos, que mejora el balance. Ahora bien, la entidad no gana, sino que pierde (se resigna a vender más barato para vender rápido). En otras palabras, la entidad se sanea en el balance pero malvendiendo y alimentando la banca en la sombra (fondos de inversión de todo tipo, también muy especulativos). Todo esto forma parte de los planes de Goiri y el objetivo último es 'vestir' la entidad para la privatización, a través de reducción de créditos dudosos y a través de la desinversión en activos no estratégicos. Ahora bien, la venta de carteras de deuda no es el mejor camino para un banco. Supone, de algún modo, la renuncia a la esencia misma del negocio de una entidad financiera: cobrar por los créditos, no deshacerse de ellos. Y en este caso, además, los malvende. El proyecto Castle de Bankia recuerda a otro parecido con el nombre de Amazonas, cerrado no hace mucho, con la que la entidad se 'desmarcó' de unos 30 hoteles por un valor de 400 millones. Y otros bancos han hecho lo mismo con carteras hipotecarias cuyos colaterales eran activos hoteleros: Commerzbank con la cartera Octopus; la Sareb con la cartera Meridian… En todos los casos esa oferta fue aprovechada por los fondos oportunistas, que ven una recuperación en el mercado que contrasta con propiedad de activos en empresas en situación de impago. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com