Nos lo ponen  difícil las circunstancias para pronunciarnos sobre la evolución del resultado de Bankia durante el primer trimestre de 2018, pero no cabe duda de que el efecto de la incorporación de BMN no ha sido positivo y pesa mucho sobre los resultados que se presentan. De hecho, este es el primer trimestre completo con BMN dentro de Bankia.

Al cierre del trimestre anterior, cuarto de 2017, BMN sólo había formado parte del grupo durante el último mes del año. Además, es muy probable que Goirigolzarri, en la mejor tradición de los banqueros vascos, se haya hecho un Sáenz (ya saben, el de Banesto primero y Santander después) y haya cargado las provisiones por morosidad en todo lo que viene de BMN, como ya hizo en el trimestre anterior. No les aburriré en esta ocasión con muchos números.

Una sospecha: ¿Goiri ha hecho un Sáenz con BMN?

En cualquier caso, la comparación de las cifras de balance y de la cuenta de pérdidas y ganancias al cierre de marzo de 2018 con las de periodos anteriores no es posible, pero sí la evolución de los principales indicadores financieros… y debemos concluir que estamos ante un banco netamente peor tras la incorporación de BMN.

Lo de menos es la caída del beneficio en un 25%, al comparar los dos primeros trimestres de 2018 y 2017, por el problema de comparabilidad del que hablamos. Lo de más es que todos los indicadores de desempeño han empeorado mucho. Comencemos por el ratio de eficiencia, que se dispara del 43,6% al 51,7%, lo que nos indica el exceso de estructura que tenía BMN.

La rentabilidad de los activos (ROA) ha caído desde el 0,7% hasta el 0,4% y la de los recursos propios (ROE) del 10,2% al 7,5%. No es una broma. Este último descenso supone, cuando menos, una caída del 26,5% de la rentabilidad para los accionistas, acorde con la de los beneficios, y de casi un 30% de la de los activos, incluso ya ajustados por el riesgo de los mismos. Vamos, que parece que BMN lo tenía todo: malos activos y mucha estructura de costes fijos.

Bankia no ha reducido su solvencia regulatoria. Cierto, pero es que ha reducido crédito y balance

Sin embargo, Bankia, a pesar del regalito que ha supuesto BMN, no ha reducido su solvencia sino que la ha mantenido. ¿Y cómo lo ha hecho? Pues como la solvencia se mide en términos relativos, reduciendo su balance. Es decir: reduciendo el crédito en su conjunto.

Dicho de otro modo: Bankia es igual de solvente porque ha reducido su crédito a particulares y ha aumentado el crédito público. De ese modo, con los mismos fondos propios, o incluso algunos menos, y más operaciones en su balance, su solvencia, al menos la regulatoria, aumenta.

Ya saben ustedes que para el regulador el banco más solvente es el que no se endeuda o el que sólo presta al Estado. Pues en eso estamos: el primer perjudicado de la absorción de BMN es el crédito al sector privado que se ha resentido como modo de preservar la solvencia de Bankia, y eso en un contexto en el que los competidores están aumentado el crédito a familias y empresas.

Confiemos en que la digestión de BMN no cause mucho sopor en Bankia. No vaya a ser que cuando despierte de la siesta no haya caza.

Esperemos, al menos un trimestre más, para poder comparar dos trimestres completos con BMN en la barriga de Bankia.