• Las 'urgencias' del Banco de España han dejado en un 'limbo' a miles de clientes, que braman por su dinero.
  • De algo ha servido su queja: los administradores concursales atenderán a los clientes en una oficina física.
  • Tras la intervención de la entidad, en concurso para liquidación, se 'fugaron' de la entidad 124 millones.
  • El portal de Banco Madrid no se actualiza ni 'dice' nada desde el día 16, fecha del último comunicado oficial.

El último comunicado de Banco Madrid, la filial española de Banca Privada de Andorra (BPA), fue muy escueto. Es del 16 de marzo y decía: "Banco Madrid presenta concurso de acreedores". De entonces nada se ha movido en su página web. Sorprendentemente, los administradores concursales han decidido ahora que abrirán en los próximos días una oficina física de información para informar a depositarios y acreedores de la entidad del momento en que se encuentra el banco, acción que será reforzada con la creación de una página web. Y digo sorprendentemente porque es precisamente lo que están reclamando, desde el día siguiente de la intervención, los clientes atrapados en ese limbo y que nada tienen que ver con el blanqueo de capitales al que se acusa a grandes defraudadores y presuntos criminales de los que oficialmente sabemos poco o nada. Brillante iniciativa. Tan brillante como tardía. Se lo dijimos: España es más más sumisa que Andorra ante la Administración Obama.

Dicen ahora los administradores concursales que quieren que el proceso sea "lo más transparente posible", menos mal, y que para ello es importante, dicen, conversar con la representación de los trabajadores y con los acreedores. ¿Por qué no lo habían hecho hasta ahora? Y añaden, faltaría más, el banco "sigue abierto" continuará proporcionando información. Hasta ahora no lo ha hecho en la web del propio banco y hubiera sido lo más lógico.

El desaguisado en la filial del BPA venía de unos días atrás, el 10 de marzo, cuando la intervención del Banco de España provocó que una entidad con una "situación financiera equilibrada" -en palabras del juez que decretó el 25 de marzo el concurso de acreedores- se fuera al traste. La situación de pánico provocó una fuga masiva de dinero por parte de los clientes. En tres días, según los papeles del juez, se retiraron fondos por valor de 124 millones de euros. A ese ritmo no hay liquidez que aguante.

Y a ese argumento se agarrará precisamente el bufete Cremades & Calvo-Sotelo en la denuncia conjunta presentada por un grupos de unos 100 clientes y los 300 empleados. Al final, y si no el tiempo, será la Audiencia Nacional quien decida si fue el Banco de España el causante de la quiebra de un banco solvente y rentable.

Rafael Esparza

rafael@hispanidad.com