Margarita Delgado está consolidando su equipo dentro del Banco de España, del que es subgobernadora desde el 10 de septiembre de 2018. El último nombramiento ha sido el comunicado este miércoles: Alejandro Álvarez sustituye a Manuel Labrado como director general de Servicios, que no hay que confundir con Servicio de Estudios. Álvarez será el máximo responsable de adquisiciones y servicios generales, de sistemas de información, de intervención general y de recursos humanos y organización.

Álvarez reportará directamente a Delgado. La actual subgobernadora está considerada la nueva Restoy, que significa eso mismo que están pensando: es la que manda. Es verdad que no se mete en fusiones, algo que, según ella, corresponde a los consejos de administración de las entidades, pero sí está llamando a capítulo a todos los CEOs de los grandes bancos para asegurarse de que van por el buen camino. El mandato de Delgado contrasta con el de Javier Alonso. Efectivamente, el anterior subgobernador desempeñó el cargo con acierto, pero con un estilo menos ‘ordenante’.

Delgado insiste a las entidades en la necesidad de recortar costes

El objetivo de gobierno de Delgado es, además, cerrar la brecha que existe entre Madrid y Fráncfort, entre el Banco de España (BdE) y el Banco Central Europeo (BCE). Una brecha que se agudizó durante el mandato de Luis María Linde. Pero la etapa de los desencuentros con Fráncfort se acabó. Delgado se ha propuesto mejorar la sintonía con el BCE, entre otras razones porque, según ella, cuanto más colabore Madrid con Fráncfort, más influencia tendrá el BdE y su labor no será únicamente la de realizar el trabajo de campo ordenado por el BCE.

Por lo demás, y en clave más nacional, Delgado insiste a las entidades en la necesidad de recortar costes. Es su caballo de batalla, junto con la liquidez, ahora que las provisiones de la mora están a un buen nivel.