• Quien más podría oponerse es Planeta, con Lara García en el Consejo del banco.
  • La última remodelación, además, otorga más poderes a la Presidencia y se los resta al Ceo, Jaume Guardiola.
  • Los británicos ceden el TSB pero con fuertes condiciones.
  • Cuidado con el 'núcleo duro' del Sabadell.
  • Fusiones ha habido por los requerimientos de capital, no por el negocio. Ergo no habrá fusiones
  • Oliu considera un suicidio la batalla del pasivo pero mucho peor la del activo.
  • Para entendernos: todo el mundo empresarial y bancario lanzan denuestos en privado contra Colau y Carmena. En público, se comportan como unos caballeros.

Junta General de Accionistas de Banc Sabadell. Josep Oliu puede presumir de internacionalización de la entidad con la compra del británico TSB, desgajado del Lloyd. Aquel industrial de Sabadell, Joan Oliu, presidió al entidad y la nacionalizó, esto es, pasó de banco catalán a banco nacional. Su hijo Josep la engrandeció y la internacionalizó. Pues bien, hoy podemos decir que también prepara la tercera generación de Oliu ya para un banco con una parte en Estados Unidos u otra en Reino Unido. Pasamos de Joan Oliu a Josep Oliu y de éste a Jaume Oliu (en la iamgen). Ojo, se lo tiene que ganar. Es más, su padre le está haciendo pasar por todos los estamentos. Y no, no es sólo para que se forme, es para que tenga opción a sucederle: tercera generación. Los otros dos hechos centrales del Sabadell son los siguientes: más separación entre propiedad y control, entre Consejo y equipo ejecutivo. De hecho, Jaume Guardiola, el Ceo, se ha quedado como estaba tras la reciente remodelación de la entidad. Es más, si me fuerzan, Guardiola habría perdido algunos resortes. A Oliu no le gusta que le hablen de núcleo duro, pero lo cierto es que lo tiene: José Manuel Lara García será consejero por cuatro años en representación de Planeta. Planeta está cogido, porque aún pierde dinero y no puede marcharse. Ahora bien, no está feliz con la situación. En cualquier caso, ahora el resto es Reino Unido, la compra de TSB. Al presidente Oliu no le gusta que Hispanidad le pregunte por cuándo será español el Ceo de TSB: "No tiene por qué ser español o catalán, lo que tiene es que hacerlo bien". El problema es que los británicos han puesto todas las pegas posibles. Quieren, por el momento, ejecutivos británicos. Ahora bien, dentro de nacionalismo de la City, lo cierto es que las condiciones de la autoridad regulatoria revelan un interesante modo de ver las cosas ahí:

  1. Quiere consejeros independientes. Es decir, lo que el regulador británico considere independiente.
  2. Quiere que inviertan más y que crezcan mucho, siempre que el capital sobrante se quede en el Reino Unido. Cuidado con la repatriación de dividendo.
  3. Quiere que la plataforma tecnológica sea británica. Vamos, que quieren entenderla.

Pero por de pronto el Ceo seguirá siendo Paul Pester. El Sabadell contará con dos consejeros, uno de ellos el paracaidista conocido en el banco como Integreitor, es decir, Miguel Montes, el hombre dedicado a integrar todas las compras del banco. Por lo demás, no nos volvamos locos: el TSB es un banco que Oliu compara con el adquirido Banco Gallego: 6% de cuota de oficinas frente a un 2% de cuota de negocio. Conclusión: hay que conseguir más clientes. Batalla del pasivo frente a la batalla del activo. Oliu asegura que la cuenta 1-2-3 del Santander ya la pusieron ellos en marcha sin tanto alboroto. Porque, recalca el Ceo Guardiola, el negocio bancario no radica hoy en ganar clientes sino en mantenerlos. En cualquier caso, con los tipos rozando el negativo, Oliu asegura, no le falta razón, que una batalla de pasivo es suicida pero mucho peor, infinitamente peor, es la guerra del activo. Guardiola ratifica: y ojo, que el activo está subiendo pero desde límites bajísimos. Ejemplo: el crédito hipotecario ha ascendido en 2014, pero sigue siendo poco más del 20% del de 2006. ¿Está claro, no? De paso, Oliu le recuerda a Ana Botín que su campaña para captar pasivo en Cataluña -esa asignatura eternamente pendiente del Santander- resultó un fracaso. ¿Que si va a haber fusiones? No lo cree, Oliu aporta un análisis tan interesante como palmario: si hubo fusiones fue por los requerimientos de capital de los reguladores. Ahora que no existe ese requerimiento con carácter de urgencia, no habrá fusiones, porque las concentraciones no tienen nada que ver con el negocio. Oliu también habló de política en víspera de la Junta de Accionistas del banco. Por ejemplo, de Ada Colau. Para entendernos, el mundo empresarial y bancario no tiene muy buena opinión de las ultras de izquierda Ada Colau y Manuela Carmena. Oliu se calla lo que piensa e incluso se vio obligado a rectificar cuando comenzó calificando a la nueva alcaldesa de Barcelona como folklórica, ahora que ha pasado a ser "institucional". Al final, rectificó y dijo algo mejor: dentro de la plataforma contra los desahucios, la corriente habitual es la de la gente que quiere resolver problemas y no abusar de los bancos. Ahora bien, ¿teme la banca los resultados del 24-M? Por supuesto, la banca y todas las empresas. Eulogio López eulogio@hispanidad.com