El independentismo crece en Baleares, hasta hace dos días viña de la derecha pepera. Y no con una separatista al frente del gobierno regional, sino con la socialista, que muchos se empeñan en presentar como moderada, Francina Armengol (en la imagen), uno de los mas fieles apoyos de Pedro Sánchez en el PSOE.

El primer procés es Cataluña, el segundo Euskadi. A partir de ahí, Baleares y Valencia se apuntan a los ‘països catalans’ y Navarra hace seguidismo del separatismo vasco del PNV. Es el cantonalismo, fruto de una minoría política que maneja a las mayorías sociales.

El símbolo de la unidad de España es ahora la Guardia Civil: contra ella se dirigen los ataques

En Baleares, Francina Armengol está permitiendo, es decir alentando, una campaña que tiene por objetivo la Guardia Civil, considerada ahora el símbolo español por antonomasia.

Resulta que, como ya hemos repetido en Hispanidad, Cataluña jamás será independiente de España pero los indepes sí están logrando algo peor: la fractura de la sociedad española, toda entera.

El separatismo catalán no conseguirá la independencia de Cataluña pero puede conseguir una guerra civil en toda España

Por eso, a lo mejor no consiguen la independencia pero sí constituyen la mecha de una guerra civil. No como la 1.936, sino una guerra de todos contra todos, de corte bolivariano.

Y ojo, el sustrato que alimenta ese Reino de Taifas en el que se está convirtiendo la España de Pedro Sánchez no es el independentismo, sino la cristofobia, que no en vano don Pedro, no sólo se confiesa ateo sino que, además, es un vitriólico anticlerical.

El sustrato común a todos los separatismos españoles es la cristofobia

Lo que olvida Sánchez es que lo que mantiene unida a España (y a él le interesa mantenerla unida, ahora que la preside) es la fe cristiana. Si desaparece ésta del corazón de los españoles, España se vuelve ingobernable y fratricida. Estamos en ello.