Eduardo Baamonde, reelegido presidente de Cajamar por otros cuatro años, cree, como todos los banqueros, que la crisis económica actual provocará, tarde o temprano, “un eventual repunte de la morosidad”. La nota positiva es que, después de diez años, Cajamar está mejor preparada que en la crisis de 2008, según Baamonde.

El presidente del mayor grupo cooperativo de nuestro país, no obstante, pronostica un futuro sombrío: “Somos conscientes de que se aproximan momentos complicados que probablemente darán lugar a nuevos reajustes en el sector bancario”, ha señalado durante la asamblea general de la entidad, celebrada este jueves.

Aun así, Cajamar no renuncia a seguir creciendo, también de manera inorgánica: “En lo que a nosotros respecta, continuaremos con nuestra estrategia de crecimiento, a nuestro ritmo, con las puertas abiertas para seguir avanzando en nuestro proyecto de banca cooperativa de ámbito nacional, sumando fuerzas, pero sin desviarnos de nuestro camino, de nuestra hoja de ruta, y sin renunciar a la esencia de lo que siempre hemos sido”, ha recalcado.

En cuanto al contexto político, Baamonde ha pedido acuerdos entre los partidos, tanto en España como en Europa. “De nada nos sirven los exabruptos y descalificaciones, queremos respuestas y certidumbres que nos permitan dar viabilidad a nuestros proyectos que, por definición, están enfocados al futuro: agua, energía, educación, I+D+i, infraestructuras de comunicación, digitales y analógicas y, sobre todo, certidumbre”, ha concluido.