• Será una fusión política PP-Ciudadanos.
  • La encuesta de ABC que certificaba el crecimiento de Ciudadanos, fue cocinada a la baja, tal era el éxito de Rivera.
  • Hace tiempo que Aznar dejó de confiar en el tancredismo de Rajoy.
  • Ahora ha resucitado a su vieja guardia, hoy a mitad de camino entre la política y la empresa.
  • A Soraya ya le llaman "la otra" en Génova: está muerta pero no lo sabe.
  • Y es que el asunto catalán ha disparado las expectativas de Rivera y su figura de derecha liberal moderna y hasta progre.
  • Por supuesto, dejar los principios cristianos en manos de Rivera supone toda una garantía.
No sé si sabe si, como afirma Irene Montero (¡Un respeto!), Madrid será la tumba del fascismo... o Cataluña será la tumba de Mariano. Y de Soraya, a quien llaman "la otra" porque, aseguran en Génova: "Está muerta pero ella no lo sabe". Suena fuerte pero eso es exactamente lo que pretende José María Aznar, nuestro modesto expresidente: cargarse a Mariano Rajoy poniendo el aparato del PP (no se sabe si lo domina pero él cree que sí) en manos de Albert Rivera. En otras palabras, que Aznar nombró a Rajoy pero ahora pretende que vuelva a ejercer como registrador. Y es que Cataluña ha servido para que la gente oiga a un político hablar claro: y entonces la hemorragia de placer ha provocado que se ha desbordado la popularidad de Rivera. De hecho, la encuesta del ABC, que daba 16 escaños más a Ciudadanos (de 32 a 58), tuvo que ser cocinada a la baja porque la extrapolación real le proporcionaba aún más escaños a nuestro progresista de derechas, don Albert Rivera. Hace tiempo que Aznar dejó de confiar en el tancredismo de Rajoy. Ahora, el ex expresidente, siempre modesto, ha resucitado a su vieja guardia, hoy a mitad de camino entre la política y la empresa (algún malvado añadiría… a medio camino de la trena, pero esa no es la cuestión). Y es cierto que la obsesión de Rajoy por matar a los delfines antes de que crezcan ha creado un Gobierno sin sucesor (Soraya es 'la otra') y un PP regido por yogurines. Los que tienen experiencia de gobierno no tienen papel político, los que mandan en el PP no tienen experiencia de Gobierno: Rajoy no tiene sucesor y Cataluña le quemará. ¿Por qué, entonces, no pensar en la unión de la derecha, en una fusión política bajo el liderazgo del líder emergente? También por la emergencia del momento, que exige un partido fuerte que crea en la unidad de España y que haga frente a los coqueteos de Pedro Sánchez con Podemos y con los separatistas. Por supuesto, dejar los principios cristianos en manos de Rivera supone toda una garantía… de incumplimiento. Pero no se escandalicen. Miren lo que ha pasado con Rajoy. Eulogio López eulogio@hispanidad.com